¤C a p i t u l o 1¤

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨. 𝟐 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟐.

Royal Crescent, número veintiocho, en Notting Hill. Un barrio residencial y bastante familiar de Londres. En el que viven cuatro amigos que se conocen desde que eran unos críos; Harriet Marin, Morgan Jones, Mason Mount y Declan Rice. ¿Cómo surgió la idea de irse a vivir juntos? No lo saben ni ellos, pero no pudieron elegir mejor a sus compañeros de piso.

—¡Harriet!

—¡Declan!

—¡Callaros ya! —exclamó Mount—. ¿Pero qué os pasa?

—Llevan un cuarto de hora discutiendo para saber qué coño vamos a pedir para cenar —explicó Morgan antes de suspirar—. ¡Y no se deciden!

—¡Comida china!

—¡Italiano!

—Sabéis que esto no lo decidís vosotros solos, ¿no? —dijo Mason poniéndose entre sus mejores amigos.

—Bien, ¿y qué queréis vosotros?

—A mí la verdad es que el Italiano me entra bien —dijo Morgan aún desde el sofá.

—¡Gracias! —Declan alzó sus brazos en señal de victoria.

—Oh venga ya, ¿en serio? —Mount achinó sus ojos—. ¡Yo quería comida china!

—No me lo puedo creer —de nuevo, una discusión para ver qué podían cenar. Mason y Harriet contra Morgan y Declan, aquello no era nada nuevo. Pararon cuando escucharon el timbre de la casa.

—¿Será la vecina de al lado?

—No me extrañaría para nada —respondió Marin.

—Esto no pasaría si no te apeteciese comer perro a la plancha —una mueca de desagrado se plantó en el rostro de la nacida en Bristol.

—Vete a la mierda, Rice —dijo antes de acercarse a la puerta para abrirla—. ¿Qué queréis?

—Hola a ti también, eh —Mount se puso detrás de su mejor amiga para ver de quién se trataba.

—¿Qué hacéis aquí?

—Pues venir a molestar, ¿qué vamos a hacer si no? —respondió Chilwell.

—¿Qué hay para cenar? —preguntó Reece adentrándose en la casa.

—¡Italiano!

—¡Comida china! —dijeron Harriet y Mason desde la puerta.

—Típica discusión de la cena —comentó Benjamin—. ¿Vamos a tener que sacar la pizarra para hacer los pros y los contras o qué?

—No es necesario, se pide comida china y se acabó.

—¡Harriet!

—¡Que tengo hambre y se me ha antojado eso!

—¡Pero que no quiero perro para cenar!

—¿Pero a ti quién te ha dicho que utilizan perro para cocinar, Rice?

—¡Todo el mundo! —la rubia se llevo las manos a la cara. A veces le desesperaba ese chico.

—Veo que lo de dejar la puerta abierta va a ser una manía que nunca, en vuestra vida, vais a perder —Emily, la última en integrarse a ese grupo, apareció en la entrada—. Un día de estos, os entran a robar. No tengo dudas, pero sí pruebas. ¿Se puede saber qué os pasa? Se os escucha desde la calle.

—No sabemos qué pedir para cenar. Estamos debatiendo entre comida china e italiana.

—Pues yo iba a proponer un mexicano —dijo la morena, captando la atención de sus amigos.

Veintiocho ||Mason Mount||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora