El alcalde Meng dijo lentamente: "Sé que ahora los profesores de secundaria están bajo mucha presión debido a la tasa de promoción de clases y la opinión pública, pero no importa cuanta presión allá, esto no debe convertirse en una excusa para no saber que está bien y que está mal, insultando o incluso pisoteando la dignidad de los estudiantes."

El rostro de Ou Yilian palidecía con cada palabra que decía.

El director también se sintió un poco avergonzado por las críticas y asintió con la cabeza: "Sí, sí, sí."

El alcalde Meng miró profundamente a Ou Yilian: "El otro día recibí una denuncia anónima sobre algo que ocurrió cuando la profesora Ou daba clases, la situación es tan grave que se ha denunciado a la policía. Deberías informar a la oficina de educación para retirar sus clases por el momento y sustituirlas por otro profesor de inglés."

Denunciado a la policía.

¡Estas cuatro palabras fueron como truenos que atravesaron el cielo!

Ou Yilian no pudo seguir fingiendo, sus ojos se pusieron rojos y habló con voz quebrada: "¡Alcalde! ¡No estoy apuntando a Song Yu! ¡No sabía que era tu sobrino! Yo—"

Meng Guang se reía, pensando que esa mujer era irremediablemente estúpida, ¿Su coeficiente intelectual pertenecía realmente a alguien de veintitantos?

Song Yu tenía los mismos pensamientos que él. Se encontró con su mirada desesperada y suplicante y dijo con sarcasmo: "¿Estás enferma? ¿Aún no sabes por qué has llegado hasta este punto? Has hecho tantas malas acciones antes, simplemente vuelven a ti."

Song Yu la miró fijamente y se burló fríamente.

"Si quisiera usar el privilegio, podría haberte echado desde el primer día." ¿Todavía tendría que estar soportándola de esta manera?

Tomó el camino socialista, siguiendo civilizadamente las leyes, no le gustaba utilizar privilegios especiales.

Pero algunos tontos simplemente no entendieron.

Los ojos de Song Yu eran claros, viéndose marrones bajo las luces, fríos y sorprendentemente hermosos.

—Si quisiera usar el privilegio, podría haberte echado desde el primer día.

Las palabras no pudieron salir de la garganta de Ou Yilian. Era como si alguien le hubiera dado una bofetada, grabándose en sus huesos y en su memoria, para no olvidarlo nunca en su vida.

Su cerebro estaba en blanco, el arrepentimiento, el miedo y el terror eran como agujas que envolvían su corazón.

Que ridículo.

Había estado apuntando a Song Yu constantemente, hablando mal de él y creyéndose superior, utilizando conceptos adultos de 'sociedad', 'clase' y 'poder' para humillarlo. Pero no sabía que Song Yu siempre había sido una de las personas a las que ella intentaba desesperadamente halagar.

¿Qué había estado pensando cuando la escuchó decir esas palabras?

La desesperación, la angustia y el remordimiento se entrelazaron con la vergüenza.

Su rostro estaba tan blanco como el papel, sus lágrimas caían sin control, todo su cuerpo se veía débil y parecía estar a punto de desmayarse en cualquier momento. Era solo que ella era una persona tan insignificante que ya nadie le prestaba atención.

Song Yu estaba bastante disgustado con Ou Yilian.

Mientras su tío y el director seguían discutiendo otras cosas detrás de ellos, llevó a Xie Sui con él y salió primero.

Transmigrando al amigo de la infancia carne de cañón del rompecorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora