CAPITULO 20

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Capítulo 20

Lexie

En estos días pude entender una sola cosa. La felicidad como todo en este mundo es pasajero.

Observo el techo blanco de mí recámara y solo pienso en eso. En lo rápido que puede cambiar todo. A pesar de que papá quiera hacerme sentir como que todo está bien la ausencia de mi madre y Emily en esta casa son demasiada obvias. He pasado la última semana encerrada, no había tenido el valor de hablar con mamá, mañana cuando la visite en su nueva casa hablaría con ella. Calmada y con la cabeza fría.

Me levanto de la cama de un brincó y miro el vestido que escogí para la fiesta de esta noche, uno de los hijos de los socios de Mark se enteró que había llegado a Inglaterra y su increíble idea para celebrarlo fue hacer una fiesta a la que no quería asistir, estaba demasiada cansada a pesar de la marihuana medicinal.

Pero debía hacerlo, ya se lo prometí a Mark y me vendrá bien salir de estas cuatro paredes.

Con una respiración cansada, entro al baño de mí recámara y empiezo a alistarme. Las veces que reconsideré volver a mi cama fueron muchas. Pero dos horas después, terminé.

...

Me enfrento a la puerta de Tomás el organizador de la fiesta toco el timbre de un lado y minutos después una chica con un vaso de cerveza y una gran sonrisa en el rostro me recibe. La saludé amablemente y entre. No conocía a la mitad de las personas que se encontraban aquí y se suponía que la fiesta seria para mí, típico de estas personas hacer fiesta hasta por la llegada de un mosquito. La casa era enorme, una sala con una mesa de todo tipo de alcohol al fondo, música a todo volumen, y la mitad de los chicos borrachos era lo que te encontrarías en una de estas fiestas.

Mi vista fue desde las enormes escaleras del segundo piso hasta el montón de personas rodeadas en una mesa con vasos rojos a los cuales le tiraban bolas de pin pon, era el típico juego para tomar sin control una vez que fallas. Mi instinto de sobre vivencia me exigía subir las escaleras, pero el olvidarme de todo embriagarme y soltar mis preocupaciones me acercaron al montón de personas.

Me acerqué y me pose al lado de un chico que estaba entretenido viendo algo en su teléfono.

—¡Hola! — dije por encima de la música.

Unos segundos después levanto la mirada hasta mi.

—Hola — me sonrío — es nuestro turno — dijo tomándome de la mano, comenzó a pasar por las personas sin soltarme, cuando llegamos al único de la mesa tomo dos bolas de una esquina y me la ofreció.

Los ojos de las personas estaban encima de nosotros por más que quisiera irme mi orgullo no lo permitiría. Me levanté un poco para llegar hasta la cara del chico que era bastante atractivo, lo que más llamo mi atención fue el color de sus ojos, por un momento me atrevería a decir que detrás de esos océanos había una pequeña heterocromía en el lado izquierdo.

—No crees que es mejor que nos retiremos — dije muy cerca de su rostro.

—¿Tienes miedo? —en sus ojos se formó un brillo de reto.

—No — negué de inmediato — vas primero — ofrezco volviendo a poner mi viste en los vasos que estaban a metros de nosotros.

Sin rechistar puso sus ojos en unos de los vasos uno segundos después lanzo la bola que cayó justo en el punto.

El pelinegro a mi lado bajo un poco el rostro y me miro con cara de satisfacción.

—Sabes lo que significa — con una mirada dura le pasé por el lado camine hasta la mesa tome uno de los vasos de vodka y sin pensar mucho lo bebí, apreté los ojos por el ardor en mi garganta, pero los abrí y simulé que no me afecto, no le daría más satisfacción.

Antes de que te vayasWhere stories live. Discover now