Prólogo

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×××

31 de octubre, Halloween

Tierra humana.

Los gritos y las risas de los niños se podían oír en cada esquina de la ciudad, como era de esperarse debido a la fecha de esta noche.

Todos en la ciudad estaban disfrazados, bebés, niños, adolescentes, adultos e incluso abuelos para acompañar el ambiente festivo.

De hecho parecía que las personas mayores eran las más interesadas en esta fecha debido a la famosa competencia entre vecinos por saber quien tiene la casa más aterradora de la ciudad, y todos los abuelos estaban interesados en ganar, no por el ridículo premio de un vale de compras del 10% de descuento en el supermercado, si no para restregarles a todos en la cara que ganaron y su casa es la más aterradora, además de poder fanfarronear de su habilidad para la decoración desde luego.

Pero la sed de victoria de aquellos mayores no era comparable a la sed de orgasmos que tenían los adolescentes de la ciudad, quienes usaban aquella festividad como oportunidad para usar la más diminuta ropa posible utilizando de excusa el hecho de que pueden usar una capa que los cubra frente a sus padres y una ves salen de sus casas poder quitársela y vagar semidesnudos por las calles buscando alguien a quien seducir y tener un happy Halloween.

Mientras que los padres aprovechaban el hecho de poder deshacerse de todos sus hijos por una noche mandándolos a pedir “dulce o truco" para coger como hacia tiempo no podían por el hecho de tener a sus hijos en casa.

En fin, en aquella ciudad los niños eran los únicos inocentes, ya que iban con sus abuelos a ayudarlos con las decoraciones para luego ir a pedir dulce o truco sin tener idea de que mientras tanto sus padres y hermanos tenían orgasmos

Y en medio de aquella fiesta con gritos de susto, risas y gemidos, cuatro amigos se reunieron en medio del enorme festival para luego ir juntos a la competencia de calabazas.

‐ ¿Qué planes tienen para esta noche?, necesito estar fuera de casa al menos hasta las cuatro de la madrugada, mis padres se quedaron en casa y una vez llegue temprano y solo diré que aún tengo pesadillas en los que escucho a mi mamá gemir “más duro cielo”, no estoy lista para escuchar eso de nuevo – le dio un escalofrío a Minder, la más pequeña del los cuatro al recordar aquella horrible noche en la que olvidó su teléfono y al volver por el tuvo que escuchar aquello

‐ Con ese sexy disfraz de Hada, puedes encontrar a algún chico hormonal por allí y cogértelo toda la noche, pero si no lo encuentras puedes quedarte en mi casa, tener padres divorciados tiene ventajas, mamá no tiene sexo en Halloween – propuso su amiga Giselle, quien se encontraba dentro de un hermoso y sexy disfraz de Egipcia.

Minder miró agradecida a su amiga, sabía que tomaría la segunda opción, ya que a pesar de la gran cantidad de personas busca orgasmos en las calles, pensaba que había demasiadas chicas con cuerpos mejor atribuidos que el suyo vagando por ahí en busca de sexo y de seguro ellas si lo conseguirán, después de todo los chicos parecían ser más atraídos por chicas con voluptuosos atributos con los cuales Minder no contaba.

Heloitis era el único hombre en aquel pequeño grupo de amigos, había decidido ir con las chicas porque no quería ir con su hermano mayor a hacer el ridículo intentando conquistar a las chicas más hermosas del lugar, quienes era obvio que se acostarían esa noche con los más ricos y guapos de la ciudad.

Leah frotaba sus manos en sus brazos mientras se abrazaba así misma, el viento aquella noche no era fuerte pero era suficiente para que ella sintiera frío al tener tan poca ropa por haberse dejado disfrazar por su amiga Giselle, quien le había dicho que el disfraz de bailarina de Balet le quedaría de puta madre, y así era, pero el costo era que tenía frío ya que no estaba acostumbrada a usar tan poca ropa, por qué ese no era un traje de Balet normal, oh no desde luego que no, si fue elegido por Giselle es más que claro que no podía ser algo que no fuera sexy y revelador. El traje de Balet dejaba casi toda la espalda al descubierto y tenía un escote bastante pronunciado, y el tutú dejaba a la vista su trasero más de lo normal, todo en un bonito color rosa, lo único normal en ese traje eran las zapatillas.

‐ Quiero una manzana acaramelada- comentó Heloitis al ver a una mujer vendiendo varios dulces hechos con manzanas.

Las tres chicas asintieron de acuerdo y fueron todos al puesto donde la mujer se encontraba con un disfraz de cocinera ensangrentado falsamente.

O al menos eso querían creer.

Los cuatro pidieron sus manzanas acarameladas y mientras la mujer los sacaba de la vitrina, ellos buscaron su dinero. Miden con su habitual suerte, se le resbaló su billete de 20 dólares hacia un costado del puesto y ella no tardó en seguirlo.

Nadie querría perder 20 dólares.

Minder vio su billete y lo persiguió aunque cada vez que lo tomaría, volvía a volar más lejos. Tanto que llego a la parte trasera del puesto de la mujer de las manzanas.

Finalmente su billete decidió darse por vencido cayendo al suelo y Minder no tardó en tomarlo antes de que se le ocurriera volver a volar.

‐ ¿ Que haces  aquí, Minder? – Pronto los tres amigos de la joven de 20 años ya estaban allí también.

‐ Atrapando mi billete – señaló Minder alzando el billete que persiguió que ahora se encontraba en sus manos.

‐ Oh, pues vamos, la competencia de calabazas ya debe de empezar en unos minutos, y mi abuelo cosechó una muy buena calabaza este año – comentó Leah y todos asistieron.

Cuando estaban por irse del lugar, una luz extraña llamó la atención de los cuatro amigos haciéndolos voltearse y sorprenderse inigualablemente ante lo que sus ojos observaban.

Observaron el momento exacto en el que un portal entre mundos se abrió, dando paso a cinco seres extraños los cuales ninguno supo ni como nombrar.

Eran horribles  pero encantadores a la ves, su figura horripilante pero cautivadora los confundió a más no poder, eran como el pecado en persona, bueno, en cinco personas mejor dicho. Lo que los cinco tenían en común eran el color de piel, rojo, y los colmillos.

Los humanos pestañearon sin poder creerse lo que veían y sorprendentemente,  cuando volvieron a abrir los ojos  aquellas criaturas fueron reemplazadas por humanos, gloriosos y deslumbrantes humanos.

Y eso los dejo aún más perplejos.

¿Qué había pasado con las criaturas extrañas?.

¿Quiénes eran ellos?

¿De dónde venían?

¿Qué querían?

Oh, mierda. Los vieron.

Aquellas criaturas transformadas voltearon a ver a los humanos al mismo tiempo dejándolos helados en sus sitios.

¿Ahora que harían?

¿Ahora que harían?

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Halloween Fest (+21)©️✔Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon