Capítulo 30: Clase y práctica

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Chad levantó las cejas.

—El fuego—repuso mi papá

Lo miré. Él estaba casi acostado en su silla, con su sombrero de vaquero. Movía su bigote y yo tragué saliva.

— ¿El fuego? ¿Qué quieres decir? —pregunté a mi padre

Michael iba a hablar cuando Ethan se le adelantó.

—La sangre de los Seivias, sea de color rojo o plateada, es muy inflamable — me informó

— ¿De verdad? —inquirí y él asintió. — Mierda—murmuré y miré a mi papá. — ¿Papá? ¿Qué más me falta por saber?

Will se rió. Joel giró los ojos; Chad y Lucas resoplaron pero Michael movió su bigote.

—Ya tienes la parte del conocimiento, y puedes leerlo, Liz —repuso Zack. Me sonrió, haciendo lucir sus lentes. —Pero todavía te falta la parte de la práctica —comentó

Michael suspiró.

—Zack tiene razón —replicó él. —Sabes de ello, hija, pero aunque no me guste, esta parte...—suspiró y añadió: — Tienes que aprender a cómo moverte.

>>> ¡Oh, genial! <<<, pensé y dejé a un lado la libreta con el bolígrafo

— ¿Y ahora qué? —les pregunté

Ethan se levantó y se acercó a mí. Me tocó el hombro con gentileza.

—Tienes que aprender a pelear con vampiros, Liz— me informó y tenía una media sonrisa.

Suspiré y grazné:

—Oh, carajo

Y escuché a Zack reírse, pero maldijo cuando Joel, lo golpeó por detrás de la cabeza.

***

La parte fácil había sido escribir todo lo que mi familia me había contado, pero ahora venía la parte complicada. Todos querían ayudarme con la parte de entrenar, pero Ethan se volvió mi guía en esto, junto con Lucas. Michael estaba preocupado por mí y más, con el asunto de entrenar para matar vampiros. Admito que estaba algo confiada con respecto a poder entrenar o por lo menos, hacer el intento de aprender, por lo menos, cómo podría defenderme. Ethan y Lucas, fueron firmes en que aunque fuera humana, tendría que saber algo de defensa personal.

>>> ¿Defensa personal? ¿En serio? <<<, pensé y hasta le pregunté a mi hermano de eso.

Lucas solo asintió y me explicó que, aunque fuera algo normal para que las mujeres, se protegieran de algún agresor, era lo mismo con un ataque de vampiros. Tenía mis dudas al respecto, pero Ethan comentó, aunque no fuera necesariamente fuerte para poder pelear, al menos, sabría que tendría algo de destreza en eso. Me cambié por ropa de ejercicio y amarré mi cabello con dos trenzas, hasta parecía que fuera a boxear. Al inicio fue sencillo pero después fue más complicado. Aunque era más de hacer y repetir, porque sabía que yo estaba físicamente adecuada, para combatir con un vampiro. Además, de eso tenía dos elementos en mí contra: velocidad y fuerza. Nada podía competir con la velocidad de un vampiro, a menos, que fuera otro vampiro o un hombre lobo. Y así fue.

Miércoles, jueves y viernes. Lucas, Ethan y yo no fuimos a trabajar en esos tres días. Mi papá entendía lo que estábamos haciendo, y especialmente las razones que yo tenía para hacer esto. Conocía a mi padre, y sabía que él estaba preocupado por mí. Ethan me sorprendió lo dedicado que era conmigo; fue estricto y rígido cómo debía protegerme y hasta me mencionó, la manera en cómo debía matar a un vampiro. Aunque Ethan era más estricto, con la forma de entrenar, Lucas era más dócil y delicado conmigo. Y sabía cuál era su plan y aunque fuera su hermana menor, él trataba ser "menos" intenso. De la forma que fuera, intensa o dócil, al menos estaba haciendo lo que quería: poder defenderme de los vampiros. Ese viernes cuando entrenamos, hice un mal movimiento y me caí sobre la mano.

Renacimiento © ✓Where stories live. Discover now