Capitulo Numero 1 - Pideme lo que Quieras

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Viernes

Selena Gomez nunca pensó que sería una buena puta, pero cuando vio a Justin Bieber en carne y hueso, supo que sería una excelente. Ella lo eligió como candidato, no sólo porque era joven y apuesto, sino porque era un radiante caballero y con una personalidad que hacía juego. Selena sentía que tenía el derecho de ser exigente. Después de todo, estaba vendiendo su bien más preciado.

Su blanco estaba sentado en la zona privada VIP de De La Plume en Tartav-V, rodeado por sus compañeros de trabajo y los guardaespaldas en medio de un almuerzo de negocios. Su corazón tronó cuando se levantó y se dirigió a la cabina de Bieber. Su estómago insistía en retorcerse en nudos agudos sin importar lo mucho que trataba de relajarse. Pero el conocimiento de que se había gastado un tercio de sus ahorros, duramente ganados, para pasar como una de la Zona-Alta le dio el coraje para seguir adelante con su plan. Tenía que hacerlo, o pasaría el resto de su vida como una don nadie insignificante en los barrios bajos de Tartav-V.

Justin Bieber la miró directamente en el momento en que llegó a su cabina VIP. Y así lo hicieron sus guardaespaldas. Uno de ellos tanteó la pistola en sus caderas, probablemente pensando que ella estaba a punto de tirar un golpe.
—¿Sr. Bieber?- Selena se obligó a sonreír. Tuvo cuidado de no hacer ningún movimiento que pudiera ser confundido por sus guardaespaldas como hostil.
—Mi nombre es Selena Gomez. Usted no me conoce señor, pero tengo una propuesta de negocios para usted—es decir, si está dispuesto a escucharme.-
La tensión se redujo un tanto. Los socios comerciales de Bieber intercambiaron sonrisas entre ellos. Ojos curiosos se movieron hacia ella, sobre todo a su pecho. Su vestido, una túnica escarlata de cóctel que le había prestado una amiga, tenía un cuello bajo que acentuaba su profundo escote, donde el encaje con volantes de su sujetador negro se asomaba por encima de la línea de su escote.

El magnate sonrió como si su movimiento audaz le divirtiera. —¿A quién representa?-Su voz sonó profunda y gutural, elocuente y culta.

—Yo... no represento a nadie. La propuesta de negocios que tenía en mente es un asunto personal.- Selena echó un vistazo a su alrededor. Las miradas apreciativas se convirtieron en lascivas. La ansiedad le arañó los nervios. —He estado tratando de hablar con usted en privado, Sr. Bieber, pero no podía pasar de sus asistentes personales. Espero que me disculpe por acercarme a usted en público. Yo… yo tengo una tarjeta...- Su mano temblaba mientras buscaba en su bolso. Encontró la tarjeta y la empujó en dirección a Bieber. —Aquí está mi número, señor. Estaré esperando su llamada. En cualquier momento.-

Bieber no hizo ningún intento de tomar su tarjeta. De cerca, Selena vio que sus ojos eran tan mieles que brillaban. Su mirada se deslizó a su tarjeta de impresión barata y la deslizó de vuelta a ella con desinterés. Pero la diversión todavía estaba allí.
—¿Cuál es exactamente la propuesta que tenía en mente, Srta. Gomez?-
Selena tragó fuertemente. —Es un asunto privado Sr. Bieber. Llámeme cuando quiera, señor. Tengo muchas ganas de hablar con usted.-
—¿Tan privado que no me lo puede decir ahora?- Bieber la deslumbró con otra sonrisa. “Prefiero manejar mis negocios de frente. No puedo garantizar que voy a llamarla si no estoy seguro que me va a gustar lo que tiene que ofrecer.-

Su corazón tamborileaba como una danza tribal que salía mal. Había tenido miedo de que esto pasara. Pero no tenía elección. —Tengo algo que me gustaría venderle. Yo pensé que podría estar interesado.-

Un-oh hizo eco alrededor de la mesa. Las miradas lascivas de los hombres se convirtieron en amplias sonrisas. Bieber arqueó las cejas. —¿Qué es lo que le gustaría vender, Srta. Gomez?-
—A mí,- susurró Selena mortificada.
—¿Disculpe?-
Ella volvió a respirar hondo. —A mí, Sr. Bieber. Le estoy ofreciendo mi cuerpo, por un tiempo determinado, por dinero.-
La risa burbujeó alrededor de la cabina. Incluso los guardaespaldas de Bieber no se molestaron en ocultar sus risas. En ese mismo momento, Selena quería meterse debajo de la mesa y morir.

Pero Justin Bieber no se rió junto con sus amigos. Sólo sonrió. Una especie de sonrisa secreta. —Srta. Gomez, para ser honesto, nunca he sido...-
—Soy una virgen,- Selena espetó. —Estoy ofreciendo mi himen a un hombre que pueda pagar. No soy una prostituta, si eso es lo que usted supone, señor Bieber. Soy una mujer respetable en una necesidad desesperada de dinero. Y de un pase al exterior.”

El la estudió con una expresión indescifrable. El corazón de Selena se hundió. El magnate no parecía interesado en la compra de sus mercancías.
Uno de los colegas de Bieber abrió su boca. —¿Cuánto pide por esta mercancía especial?- Otro estallido de risas acompañó su pregunta.
Selena giró hacia él. Era muy rubio con fríos ojos grises y piel pálida, probablemente de la misma edad que Justin Bieber. De hecho, también parecía familiar. Si no se equivocaba, el hombre era el jefe de la red de transmisión interestelar en Tartav-V. Su rostro había estado plasmado en las revistas sensacionalistas cuando había estado involucrado en un sórdido amorío con una estrella porno. —Cincuenta mil créditos, señor.-
El hombre tarareó como si contemplara un buen precio. —¿Y este dinero es suficiente para mantenerse mientras está becada?-
—No soy derrochadora.-
El hombre le guiñó un ojo. —¿Y cuánto tiempo está dispuesta a comprometerse en esta... degustación de mercancía?-
Más carcajadas hicieron erupción.
—¿Un fin de semana? Tres días, como máximo.-
—¿Y qué está dispuesta a hacer en este compromiso?-
Ella tomó una respiración profunda. —Cualquier cosa, señor.-
—¿Cualquier cosa?-
—Lo que sea.- Miró a Justin. —Seré todo lo que su corazón deseé, siempre y cuando pueda pagar mi precio.-
El rubio lanzó una amplia mirada lasciva. Tal vez fuese una sonrisa.

—¿Y cómo podemos estar seguros que esta mercancía que usted ofrece es un artículo genuino, teniendo en consideración lo delicado que es este tipo de mercancía? Sin ofender, señorita Gomez . Estoy seguro que usted entiende la naturaleza de mi preocupación.-

Un estallido de risas barrió la mesa como un huracán. Sólo Bieber no se unió a las risas. Él todavía la observaba con escrutinio. Selena forzó otra sonrisa. En este punto no tenía nada que perder.
—No lo tomo como ofensa. Puedo conseguir una nota de mi ginecólogo si lo desea.-
—Eso es muy amable de su parte, señorita, pero preferiríamos que se nos concediera la oportunidad de inspeccionar la mercancía de primera mano.-

Selena se entumeció. Echó un vistazo a su alrededor. El restaurante estaba atestado a esta hora. —¿Está diciendo que... le gustaría ver la mercancía, señor?-
—Sí, nos gustaría, señorita Gomez, si no le importa.-
—¿Aquí?-
—No veo por qué eso es un problema. Fue lo suficientemente intrépida como para colarse en nuestra fiesta.- El rubio respondió astutamente.

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OMG !! :3
Muchas Gracias por Todo el Apoyo en la sinopsis y por sus votos y comentarios Encerio las Amoo a todas esas personitas :3
Y Pues eso espero que les Guste este Primer Capitulo Plis Voten Y comenten Muchoo :3
+10 y 3 Comentarios

Pideme lo que quieras ||Jelena||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora