Y mierda, metí la pata. Edmund se puso serio a la velocidad de la luz y, sin mirarme, habló:
-No necesitas saberlo.
-Pero...
-No, Maine-dijo, seco, tipo "no tendremos esta conversación ni hoy ni nunca"
Resoplé. Si insistía iba a enojarse, y honestamente no quiero pelearme con Edmund, así que, de mala gana, me quedo callada.
-Casi lo olvido-me pasa la mano por el cabello, ignorando por completo mi cara de culo-. Felicidades, Meteorito Furioso, tu último post en Instagram tiene tantos me gusta que ya olvidé la cantidad exacta.
-¿En serio?-me emocioné. Mi cara de culo desapareció tan rápido como llegó.
-No debería sorprenderte, eres una escritora increíble.
-Intento serlo.
-Me aprendí de memoria la frase, ¿La cito para ti?
-Maravilla mis oídos, Bianchi.
Se aclara la garganta antes de empezar:
-Y después de tanto tiempo fuí capaz de hacer lo imposible: estaba vacía de cuerpo y mente. Las estrellas me miraban confirmantes. Intenté volver a ser la misma de antes, pero por esos segundos respiraba dentro de la absoluta nada, la perfecta negrura ininterrumpida...y se sintió bien.
Aplaudo como una pequeña niña.
-¿No lo has sentido alguna vez, Chico Listo? Esos instantes en los que de repente todo lo que ha estado doliendo simplemente se detiene, y sin embargo tampoco puedes sentir felicidad alguna por ese hecho debido a que no percibes nada, lo intentas pero sigues sin percibir nada...
-Creo que es un descanso-me contesta-. Incluso los sentimientos necesitan descansar.
-¿Entonces tu amor por mí se toma un tiempo de vez en cuando?
Se ríe.
-Tonta, eres mi vida, ¿Podría acaso detener la vida al menos un segundo?
-Imposible.
-Ahí lo tienes.
Me sonrojo, y para que no lo note recuesto mi cabeza en su hombro.
-Mis frases son las mejores, ¿A qué si?
-Ciertamente lo son-asiente-¿Te has sentido bien estos días?
-Por supuesto, no te preocupes...¿Estás preocupado?
-Sigues escribiendo cosas tristes, Maine.
-De eso se trata mi página, nada me inspira más que escribir sobre mis dolores. No puedes esperar que cambie de la noche a la mañana.
-No quiero que cambies, me gusta todo lo que escribes, solo digo que podrías incluir alguna frase feliz a la colección.
-No soy buena escribiendo sobre cosas que me hacen feliz, tal vez es porque son muy pocas.
-Escribe sobre mí-sonríe, divertido.
-Si escribo sobre ti no vas a enterarte nunca, me aseguraré de ello.
-¡¿Por qué!?
-Sería tan vergonzoso...-tiemblo.
-Me rompes el corazón, Samuels.
Beso su mejilla.
-Para que no digas que escribo puras cosas tristes, hoy tenía pensando publicar esta frase-saco mi teléfono, me aclaro la garganta y leo-: Lo amo, o al menos creo amarlo, pero es frustrante no poder tocarle, no poder tenerle. Es solo un vídeo, una foto, un muy conocido desconocido que me entregó felices momentos imposibles de devolver y agradecer. Lo veo caer y levantarse, lo veo feliz y triste, lo veo avanzar mientras por su parte no sabe que existo, que creo amarlo, que me imagino a su lado...
ВЫ ЧИТАЕТЕ
Más allá de este mundo (Libro I)
Любовные романы-------------------------------- Si algo tiene claro Maine Samuels en esta vida es que quiere morirse. Lo anhelaba. Lo necesitaba. Pero lo que Maine no sabe es que toda oscuridad tiene su latente luz, que llegó con la forma de Edmund Bianchi, un ita...
25. Side Effects
Начните с самого начала