Metáforas del amor.

El Tren.

Esta historia se sitúa por el año 1950.
Era otoño, las hojas caían mientras el tren seguía su camino, en el interior podemos observar a una niña pequeña vagando por los pasillos, sola.

La locomotora tenía un letrero inmenso donde se podían observar las palabras "La vida de Lilith" así se llamaba la pequeña solitaria del tren.
Ella llevaba ahí desde que nació y al cumplir sus 4 años, en una parada entró, al tren, un pequeño de su misma edad, ella se alegró pero a la vez temió al ver a aquel niño.

—Hola.

Dijo la nena algo nerviosa. Aquel pequeño le tomó las manos y la jaló hacía él.

—Hola, me llamo Ian y seré tu compañero hasta la próxima estación.

Dijo el niño mientras la pequeña lo miraba confundida y desviaba su mirada hasta el letrero de la estación.

"1ro: Jardín de infancia"

La niña estaba muy confundida pero decidió confiar en él.

—Yo soy Lilith, un gusto.

Comentó la niña con algo de vergüenza,

—El gusto es mío.

Dijo Ian para después danzar un poco con su contraria, hasta que se cansaron y decidieron sentarse a charlar un rato.
Pasó el tiempo y la pequeña Lilith empezó a tener sentimientos por aquel infante; los intentó esconder ya que no pensó que fuera por mucho tiempo su estadía junto a ella.

—Te juro que estaré contigo por siempre.

Dijo Ian entrelazando sus manos con las de Lilith mientras esta se le hacía un rubor en sus mejillas, acaso... ¿Su cariño era correspondido? Pero antes de poder contestarle pudo observar a lo lejos la próxima estación.

—"Tal vez... tal vez él se quede conmigo."

Pensó la chica mientras le sonreía a su contrario. Poco tiempo pasó cuando la chica le confesó sus sentimientos al llegar a la siguiente estación donde al abrirse las puertas pudo ver a otra chica afuera.

—Lo siento Lilith pero, te has confundido y yo debo irme.

Dijo saliendo del vagón mientras que con una mano se despedía y con la otra tomaba la de la chica que estaba afuera. Las puertas se cerraron y el tren comenzó a partir de nuevo. La chica de ahora 11 años se tiró al piso a llorar, estaba destrozada por que el chico por el que empezó a tener sentimientos se había ido.
No mucho tiempo pasó cuando llegaron a la siguiente estación, las puertas se volvieron a abrir y otro chico, algo parecido al anterior, entró al tren. Este se sorprendió al ver a la pequeña que aun lloraba desconsolada en el piso desde hacía días.

—¿Estás bien?

Dijo mientras extendía su mano para ayudarla a levantar pero, antes de que se cerraran las puertas, Lilith leyó el letrero de la estación.

"2do: Final Primaria y Secundaria"

Las puertas se cerraron y la chica tomó la mano de su contrario, levantándose.

—Lamento haber llegado en estos momentos pero soy Alejandro y te acompañaré hasta la siguiente estación.

Dijo mientras estrechaba la mano de la contraria ya que no la había soltado desde que le ayudó. Ella por el contrario había quedado perpleja de que haya llegado otro chico.