MAS QUE A MI PROPIA VIDA

21 3 0
                                    



Se abrió la puerta de mi habitación con violencia y pegué un pequeño salto del susto.

- ¿Qué pasa contigo? – exigió saber Alessandro, pero de forma calmada, lo que contrastaba con la forma violenta en la que entró.

- ¿A qué te refieres? – intenté sonar ingenua.

-       ¿En serio lo preguntas? – seguía indignado, pero manteniendo la calma, lo que me estaba exasperando– ¿era necesario todo lo que hiciste?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿En serio lo preguntas? – seguía indignado, pero manteniendo la calma, lo que me estaba exasperando– ¿era necesario todo lo que hiciste?

- Te refieres a la descarga eléctrica – le dije intentando esconder una sonrisa o una risa solo para provocarlo.

- A eso y a tus amenazas – continuó de forma serena, y hubiera preferido que me grite, pero el mantenía esa calma.

- No fue nada Alessandro, él también le había aplicado una descarga a Agim, así que no fue grave - intenté explicar.

- Osea que lo hiciste para vengarte de tu queridísimo Agim - sentenció.

- ¿Estás celoso? – le dije traviesa.

- No cambies de tema por favor.

- ¿Qué es lo que quieres saber? – pregunté en tono cansino.

- Quiero saber, ¿que te ha pasado? – me dijo preocupado.

- ¿Es que no te gusta la mujer que tienes frente a ti? – le dije temiendo la respuesta – yo te advertí, lo sabía, sabía que no me querrías cuando me conocieras realmente.

- No pongas palabras en mi boca – dijo tomándome del brazo – no estoy decepcionado de ti, ni de la persona en la que te has convertido, solo me ha impactado tu comportamiento.

- ¿Te impactó para bien o para mal? – y pensar en su respuesta solo me angustiaba.

- Solo me sorprendió, no imaginé la fuerza y seguridad que podrías irradiar, el temor que podías infundir.

- ¿Y qué piensas de eso? ¿no te gusto más? Porque Alessandro, yo te lo dije, te dije que no era la misma, he evolucionado, no se si para bien o para mal, pero lo hice y si ya no soy la mujer de la que te enamoraste, eres libre de alejarte de mí.

- Pues tienes razón – y en ese momento sentí que se me caía el mundo – ya no me gustas – lo sabía.

- ¿Qué? – ya no puedo  escuchar más.

- Pues si me ha sorprendido mucho el cambio en ti, pero no me molesta, sólo no me acostumbraba a la idea de Martina 2.0 – y eso me generó una sonrisa, a pesar de la tristeza de saber que ya no le gusto – pero si debo ser sincero, Martina 2.0, me encanta ¡es perfecta!

- ¿Qué dices? – pregunté ingenua.

- Cuando nos conocimos no podía mostrarme frente a ti al cien por ciento, y eso me tenía consternado, tenía miedo de que tú no pudieras comprender la vida que llevo, cuando las cosas entre nosotros terminaron a pesar que me dolió mucho nuestro alejamiento supuse que esto era lo mejor para nosotros, o al menos lo mejor para ti, tenía miedo de que te asustes de mí, de quien soy, tenía miedo de ponerte en peligro y pensaba que tu secuestro era solo por mi culpa.

- ¿Y entonces? – le dije dudosa – ¿ te gusto o no?

- ¿Acaso no escuchaste nada? – me dijo con esa sonrisa juguetona cogiéndome por la cintura – acabo de decirte que eres perfecta, me encantas, me gustas muchísimo, eres todo lo que necesito, no tengo nada que esconderte, sabes todo de mí, y me aceptas tal y como soy ¿o no?

- Pues... no sé ahora que sé que eres un mafioso, me da un poco de miedo andar contigo – le dije traviesa fingiendo ser una niña asustada.

- ¿Miedo? ¡Ahora veraz! – y me tomó con fuerza por la cintura jalándome hacia él y atrapando mis labios en los suyos.

Poco a poco fue desvistiéndome – me excitó muchísimo la forma en como manejaste la situación, estaba tan excitado en ese momento, que no sabía como manejarlo, tenía ganas de cogerte allí mismo – me dijo con esa voz rasposa y seductora al oído, y yo que pensaba que estaba decepcionado de mí, a este hombre aun no puedo descifrarlo y eso me pone muchísimo, no puedo seguir pensando, no puedo, cuando me besa y recorre mi piel con sus labios, siento que no tengo control sobre mí, a medida que me perdía en sus besos, fui desabotonando su camisa y torpemente quitándosela para besar su torso firme y esculpido por los dioses, en medio de caricias, besos y susurros fuimos empujándonos poco a poco a la cama – te deseo demasiado – nos quitamos como pudimos los pantalones se arrodilló frente a mi y mientras me observaba como esa mirada lujuriosa, me quitó la trusa parsimoniosamente para explorar al sur de mis deseos, su lengua recorrió ávidamente los caminos que él ya conocía, llevándome al clímax sin aun estar dentro de mí, con urgencia comencé a reclamarlo dentro mío y sin pedirlo dos veces, me llenó con su masculinidad, una y otra y otra vez, en una danza eufórica y cargada de pasión – ¿me amas?te amo ¿y tú? - ¿aun lo preguntas? Te amo mas que a mi propia vida.

MARTINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora