11. Viviría por ti

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La fase de «aceptar» es más difícil de lo que aparenta porque no saben cuánto me ha costado decir lo que acabo de decir. Sí, estoy tratando de llevarme bien con esta fase, pero es tan sincera y sin una sola pizca de vergüenza que solo quiero cambiar de página en cuanto me escucho soltar un montón de halagos hacia Edward. Me avergüenzo casi todos los días que ni siquiera debería importarme mi sinceridad, pero por alguna razón es más vergonzoso admitir cosas relacionadas a mi falso novio que cualquier desgracia de mi día a día.

Y, después de las dos fases que mencioné, finalmente llega la última etapa, la etapa en la que estoy y de la cual no pienso salir ni porque me paguen una fortuna: evitar.

Pero eso no es nada que no sepamos que iba a suceder, todo lo que sigue después de huir es evitar, es una dualidad. Cuando huyes lo haces porque no quieres ver o confrontar a una persona o una situación, no huyes solo por que sí, la mayoría de las veces es porque quieres alejarte de los demás, y cuando evitas a alguien obviamente vas a huir, es algo que viene de la mano, así que es más que obvio que esto iba a pasar.

Tampoco es como si yo haya pasado un mes evitándolo por Dios, solo el resto del día de ayer y para ser sinceros creo que es él el que me ha evitado a mí, o, bueno, ha facilitado que yo lo esté evitando.

Sé que no debería tratar de evitar a Edward después de haber admitido que quería besarlo porque él no se merece que lo trate de ese modo, aunque dudo que sepa que lo estoy evitando, de todos modos, ¿cómo no iba a hacerlo si no sé cómo voy a verlo a la cara si lo que quiero precisamente es besarle la cara?

Okey, no toda la cara, sino un lugar específico que inicia con "V" y termina con "A".

Ah no, boca inicia con "B" de burro, ¿no? Olvídenlo, ni siquiera sé cómo se escriben las palabras correctamente, estoy tan perdido que no sé ni de lo que estoy hablando. De todas formas no hay otra cosa que inicie con V y termine con A que puedas besar, solo la boca, así que mi ejemplo anterior se entiende a la perfección.

Espere, esperen, esperen, se me acaba de ocurrir una cosa que puedes besar que inicia con "V" y finaliza con "A" y me siento como si necesitara confesarme y echarme todo un bote de agua bendita. Ay, su virgo.

Padre o madre perdóname por todos mis pecados, amén.

—... entonces me dijo "yo también quería besarte" y yo de "ah, órale, qué padre, ja, ja, yo también" y entonces me quedé como que procesando porque dije yo, "¿lo pensé? ¿en serio?" Y luego todo se puso raro, me escribió algo, me dijo mon soleil, o sea, él habla francés, ¿sabes? Es multi-talentoso —suelto un suspiro—. Bueno luego de eso había mucha tensión, me dejé llevar y le dije que yo también quería besarlo y salí corriendo como si mi vida dependiera de eso, aunque sí que depende, y pues, lo he estado evitando porque me siento muy avergonzado. Cosas de bro's.

»El punto es, ¿es normal querer besar a un chico cuando te gustan las chicas? Es que no me gusta Edward, pero en ese momento me dieron ganas de besarlo, pero, ¿lo has visto en el espejo? Es guapo y su personalidad es muy no sé, como que quieres besarlo, y era de madrugada, o sea, a esa hora ando hot... a veces deprimido, pero más hot. ¿No te pasa?

Ladeo mi cabeza a su dirección y Jean solo hunde sus cejas, asimilando toda la información que me estuve guardando desde ayer. Su expresión es la misma que pongo yo cuando tengo que hacer algún ejercicio de matemáticas, así que puedo comprender su nivel de confusión.

Cuando ayer bajé del auto de Edward no hice más que guardar silencio y regañarme mentalmente por haber sido un completo estúpido y haberle dicho eso, no le conté a nadie porque no estaba seguro de hacerlo (además que no sabía a quién decirle) y también me auto-humillé pensando en todos los posibles escenarios que pasarían cuando Edward llegara a las últimas clases, desde un "oye, la verdad es que lo decía de broma, no me van esas cosas, bro" hasta un "debemos besarnos para romper la tensión", pero para mi fortuna, o desgracia, él no llegó.

Una perfecta confusión Where stories live. Discover now