Soobin despertó alegre, se ducho aunque no le gustará hacerlo en la mañana ya que lo creía inútil, se vistió lo más apuesto que pudo, pero sin exagerar, y partió rumbo hacia el lugar de trabajo de Yeonjun.

Mejor dicho, dónde Hueningkai estaba.

Saludó con buenos modales a la recepcionista quien al verlo ya desde lejos supo a qué venía y sin más le comentó las novedades.

—El paciente Kamal Hueningkai ha recibido todas sus medicinas en el horario adecuado, y sigue el tratamiento de forma satisfactoria— dice la recepcionista y le indica el número de habitación que Soobin ya sabía, aún así le agradeció.

Pulsó un botón del ascensor y la sonrisa nos se borraba de su rostro ni aunque quisiera,.trataba de ponerse serio pero no podía ni mordiéndose los labios.

Caminó por el pasillo y pronto encontró la habitación, tocó con el dorso de su mano y su humor se elevó hasta los cielos cuando escuchó la voz del menor.

—Adelante— dijo Kai y Soobin pasó, inconscientemente ahora el contrario pasó a ser el centro de atención y viceversa.

—Buenos días, Ovejitas, ¿Cuál es la razón de su visita?—pregunta Kai risueño y Soobin no se contiene, el daría el primer flechazo en el corazón del menor este día, lanzaría sus mejores flechas.

—Tú eres la razón—dijo seguro de sus palabras y haciendo contacto visual con el menor que reacción de buena manera.

—Peter Parker...— dijo poniendo una mano en su rostro actuando cómo si estuviera nervioso, Soobin se rió, de verdad.

Y Kai pudo ver a la felicidad en persona, le gustaba.

—¿Soy gracioso?— pregunta Hueningkai de forma infantil y Soobin asiente a la par en que se acerca.

—Muy gracioso — dijo pellizcando suavemente las mejillas del menor.

Entonces, inevitablemente la ganas de ir al baño se hicieron presentes en Kai pero no lo sentía como tal, lo ignoró al mismo tiempo en que una enfermera venía con su desayuno, tan hermosamente equilibrado y ordenado, se lo dieron a Soobin y eso disgustó un poco a Kai.

El ya quería comer.

Seguramente se confundieron pensando que Soobin era algún pariente que vino a ayudarlo, da igual, le pediría su desayuno cuando la enfermera se vaya.

—En dos horas más, vendrá una enfermera con sus medicamentos, por favor disfrute el desayuno— dijo y salió de la habitación.

Hueningkai estaba apunto de hablar pero vio a Soobin acomodandole el desayuno en su regazo que mejor se quedó callado.

—¿Sabes? Tengo mucha experiencia cuidando a enfermos— dijo agarrando el vaso de leche que estaba en el desayuno y dándole de tomar a Kai, que estaba medio confundido pero aún así no dijo nada y se dejó alimentar.

Y así siguió, hasta que Hueningkai se terminó todo lo que había, el menor suspiró contento de que por fin había desayunado y Soobin llamó a una enfermera a qué se llevará todo lo que Kai había utilizado y encargó otras cosas.

—¿Usted ya desayunó Hyung?— pregunta Hueningkai levantándose de la cama lentamente con ayuda del mayor.

—Yo no desayuno— dijo y Hueningkai volteó la cabeza agresivamente.

—¿Qué?—

—Que yo no desayuno...—

—¿Porqué?—

—No me da hambre— Hueningkai no podía creerlo, él a primeras horas del día ya tenía un hambre voraz y se ponía de muy mal humor si no comía a sus horas.

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