SEIS

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En este momento soy plenamente consciente de toda la tensión que había acumulado a lo largo del día.

Me siento increíblemente ligera ahora que hemos recuperado el anillo.

Por supuesto aún tenemos un largo camino por delante, Derrick ha empezado a impacientarse dado que debí haber llegado hace horas, llegaré con apenas tiempo de dar los toques finales al montaje y cualquier error que descubra hicieron los proveedores no podrá ser solventado.

Pero nada de eso me importa.

Tengo el anillo.

Una parte de mí se siente un poco mal por estar disfrutando de esta victoria cuando hemos dejado una pareja muy probablemente hecha añicos atrás. Más ya se encargará el karma de cobrarmela algún día.

El sonido de mi móvil me hace apartar la mirada del hermoso anillo. Esta vez ni me molesto en guardarle. No quiero perderlo de vista.

—Hola —digo alegremente al levantar la llamada de Paloma.

—Vaya, alguien parece estar de muy buen humor. Sea lo que sea que estés haciendo parece sentarte muy bien.

Río.

—Digamos que sí —digo—. ¿Y tú? ¿Qué tal tu día de preparación pre-cita?

—Bien. Acabo de llegar a casa. Estoy algo agotada ya que Danna preparó un itinerario bastante movido para hoy. Estuvimos juntas toda la mañana. Luego almorcé con mi madre y estuvimos juntas hasta hace un rato.

Aquello llama mi atención.

—¿Tu madre? —inquiero.

—Sí. Sabes que suele ponerse algo melancólica en días como estos desde la muerte de papá.

—¿Acaso no estaba enferma tu madre? —pregunto sin poder contenerme.

—¿Enferma? ¿Mamá? —replica confundida—. Para nada. ¿De dónde has sacado eso?

—Oh, creí que habías dicho que estaba resfriada o algo así —miento—. Ayer, cuando hablamos... En fin, olvidalo, parece que escuché mal. Entonces... estuviste con tu madre...

—Sí... ¿Está todo bien, Lilly?

—Claro, te dejaré pues imagino que tienes mucho por hacer. Saldrás a cenar con Derrick ¿no?

—Así es. Imaginé que ya estaría en casa a mi regreso pero no ha sido el caso.

Echo un vistazo a mi reloj. Aún tenemos una hora y media de camino.

—Seguro no tarda en llegar —digo de todas formas.

—No lo sé. Estoy algo preocupada.

—¿Preocupada?

—Sí, creo que Derrick me está ocultando algo.

Sonrío.

—¿Te oculta algo? —pregunto como si no supiera lo que verdaderamente sucede.

—Sí, ha estado actuando algo extraño últimamente. Creo que hay problemas en la empresa. Ha estado todo el día de hoy trabajando junto a Donovan.

—¿Donovan? —digo y el hombre a mi lado me lanza una rápida mirada al escuchar su nombre.

—Sí. ¿No te parece extraño que decidieran trabajar un domingo? Especialmente cuando es San Valentín.

—Quizá por el contrario las cosas están muy bien y tienen tanto trabajo que no dan a vasto.

—Tienes razón. Puede que sea eso. Derrick me dijo que Donovan consiguió dos contratos muy importantes hace unas semanas.

—¿Ves? No tienes nada de qué preocuparte.

LA PROPUESTA PERFECTAWhere stories live. Discover now