Our song ~ P. Gonzalez

022

Madison Garcia:

Los siguientes días Pau y yo nos dedicamos a bañarnos en la gran piscina de su casa y hacer maratón de películas todas las noches.
Ahora nos encontrábamos comiendo bajo la luz del sol, hablábamos de diversos temas y cotilleamos sobre algunos famosos, hasta que Pau cambió de tema.

- Mad - dijo llamando mi atención.- Ya se que vas a decir que no - dijo y a los segundos añadió.- pero, ¿Quieres ir conmigo a los entrenamientos y también viajar junto a mi a Tokyo? - preguntó con nerviosismo.
- Pau, si te hace ilusión te acompañare en esta experiencia - respondí con emoción.
- Gracias, no sabes lo mucho que te quiero - dijo antes de abrazarme.

Seguimos hablando durante horas, también nos bañamos en la piscina. Por la noche vimos una serie y cada uno se fue a su habitación a dormir.

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Aquel día me desperté por que Pau me movía mientras que decía mi apodo. A las horas llegamos al gran aeropuerto en dónde iba a despegar un avión hacia Madrid.
Al llegar a Madrid fuimos hacia el piso de Pau, el piso tenía unas grandes vistas de las calles de Madrid, por lo que me había dicho algunos futbolistas convocados también vivían en el mismo edificio.
Después de unas horas acompañe a Pau, quien se había empeñado ir al piso de Èric García el cual quedaba en la misma planta que el nuestro.

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Pedri González:

Me encontraba en el piso de Èric, mi piso era muy similar al mío la diferencia era como estaba decorada.
Èric y yo estábamos hablando sobre los nuevos deportes de los Juegos Olímpicos hasta que sonó el timbre, al instante lo miré curioso, el en cambio me hizo un gesto dándome a entender que abriera la puerta.
Al abrir la puerta, me encontré con la chica que quería tanto junto a Pau. No pude evitar mirar a Madison, sabía que le echaba de menos pero no tanto.

- Hace tiempo que no nos veíamos - dije soltando lo primero que me vino a la cabeza.
- Si, hace tiempo - dijo Madison siguiendo la conversación.
- Pedri, ¿Quién tocó la puerta? - preguntó Èric desde dónde nos encontrábamos antes.
- Están en casa Pau y Madison - respondí en un tono más elevado para que pudiera escucharme.- Pasen como si fuera vuestra casa- dije al percatándome que todavía no habían entrado al piso.
- Hace tiempo que no te veía Mad - dijo Èric despuésde saludar a ambos.- Se te echaba de menos - dijo sincero.
- Yo también estoy aquí - dijo Pau, quien había estado ausente en toda la conversación.
- Pau, te vi hace dos semanas - dijo riéndose.
- Felicidades, por lo de los Juegos Olímpicos- dijo Madison a los segundos.

Seguimos hablando unos minutos más, hasta que empezaron a llegar otros convocados de los Juegos Olímpicos como Dani Olmo y Mikel Oyarzabal.
Tiempo después, vi a Madison sentada en una de las sillas que se encontraban en la terraza mirando el móvil. Me acerqué hacia ella para poder hablar del tema que me ha estado perturbando desde hace un mes.

- Madison - la llamé después de haberme sentado en la silla que estaba junto a ella.- quería pedirte perdón, por comportarme como un niñato ese último día que nos vimos - me sinceré con ella.
- Pedro - dijo y al instante habló.- La verdad es que estoy de acuerdo contigo, ese día vi una faceta de ti que no había visto nunca - al escuchar esas palabras no pude evitar sentirme como una mierda.
- Ya se que la cague contigo por no haberte escuchado ese día, por ese motivo estoy aquí - dije mirándola con una sonrisa sincera.- Madison, si no quieres contármelo no pasa nada - dije fijándome en cada detalle de su cara.
- Aquel día quede con él por que me quería aclarar por que nunca me contó lo que me escondía, al terminar de contármelo me dio como obsequio dos entradas para ver la final de la Eurocopa en el palco y después volví al hotel - dijo mirándome, al verla la creía al instante me estaba diciendo la verdad.
- Soy un idiota - dijo serio mirando el vaso de agua que tenía en la mano.
- Pedro, si lo eres - dijo sonriéndome tímida, no pude evitar reírme al escucharla.
- No te imaginas todo lo que me hiciste falta este mes - dije mirándola sonriente.
- Pedro, déjame decirte que te comprendo - dijo igual de sonriente.
- ¿Vas a acompañarnos a los Juegos Olímpicos? - pregunté mirándola con mucha intriga.
- Claro que iré - dijo antes de darme un beso en la mejilla, no pude evitar soltar una sonrisa tonta.

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