Capítulo Sexto

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Llegó a casa y cerró de un portazo que él no oyó, pero JungKook sí

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Llegó a casa y cerró de un portazo que él no oyó, pero JungKook sí. Estaba tan enfadado que deseaba hablar para gritarle lo idiota que era.

La alarma de seguridad que, en su momento JungKook instaló, le avisó de que la puerta estaba abierta. Miró las cámaras y vio a su novio. Verle a través de aquellas cámaras le hizo sentir algo de compasión.

Hace apenas tres meses se habían mudado a aquella casita estrecha de dos plantas, donde TaeHyung tenía su propio salón para pintar y JungKook estaba tan preocupado por el bienestar de TaeHyung que no dudó en instalar un novedoso sistema de seguridad.

No obstante, su compasión duró poco cuando vio a su pareja entrar por el umbral de la puerta ¿cómo podía ser tan estúpido y cabeza hueca? ¿Es que no se daba cuenta de lo mucho que le amaba? Le dolía. Le dolía tanto que cogió el cojín que descansaba en el sofá y se lo lanzó con tanta furia que atinó mal y rompió un jarrón. Dio un golpe a la mesa, lanzando un gritito de hastio y rabia. No solía soltar sonido alguno por su boca, pero cuando lo hacía, dejaba impresionado a JungKook.

Le miró, furioso.

—Explícate —le dijo y le señaló con el dedo.

Por toda respuesta, JungKook se echó a llorar. Era el débil de la relación, lo sabía. Tenían razón. TaeHyung no iba a estar con un bailarín de escuela.

—¿No te vas a explicar? —preguntó el chico triste y decepcionado.

¿Pero qué podía decir él? ¿Cómo podía desnudarse de esa forma ante TaeHyung? Demostrarle sus profundos miedos e inseguridades, demostrarle que el Superman que le enamoró era, en realidad, sólo un hombre de carne y hueso con una mente atormentada por culpa de sus demonios pasados y de la sociedad. La mirada de TaeHyung taladró su alma. Su silencio podía interpretarse de muchas formas y el pintor lo hacía de la peor: no confiaba en él.

Llorando, el chico se fue a la habitación y JungKook se quedó mirando todos y cada uno de los cuadros que tenía del pintor ¿qué había sido del chico cuya misión en la vida era conquistar al pintor que ahora lloraba por él y por todas sus inseguridades en el dormitorio? Se quedó viendo el cuadro del salón y pensó en que, si no hablaba con TaeHyung, si no le contaba todos sus problemas, el chico seguiría pensando que el problema era sobre su relación. ¿Pero y si TaeHyung pensaba que era débil? Bueno, fuera como fuese, si seguía así, TaeHyung le iba a dejar.

Suspiró, lo más probable es que el chico pensara que era estúpido, pero al menos sabía la clase de mierda con la que dormía. Se quedó una media hora esperando en el sofá, pensado en lo que tendía que decirle al chico y cómo decírselo. Al final reflexionó que lo mejor sería decirle aquello que pensaba y que fuera lo que tuviera que ser.

Entró en la habitación y TaeHyung estaba despierto, llorando, dándole la espalda. Con miedo, fue hasta él y se sentó a su lado.

—Quiero explicarte todo... todo lo que he estado pasando desde que lo nuestro salió a la luz —al ver que TaeHyung le miraba sin entender, JungKook le secó las lágrimas y le besó la frente —te amo, TaeHyung y jamás me arrepentiré de todo lo que hice por estar contigo.

El chico sin vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora