La magia siempre ha jugado un papel intrincado en la vida de Harry Potter. Es el Niño-que-Vivió, un título que ronda su cabeza desde que tenía un año, marcado por una cicatriz en forma de rayo. Se entera de que un mago oscuro lo eligió como objetivo...
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Menuda reunión resultó cuando todos llegaron por fin a la salida del Expreso de Hogwarts. Harry seguía aturdido, completamente avergonzado por la idea de estrellar su baúl contra alguien a los pocos instantes de su llegada. Ni siquiera se había dado cuenta de que la familia Weasley había llegado por fin hasta que Ron le golpeó suavemente el codo en el costado. Pero no sólo habían llegado los Weasley, sino también el tío Sirius y el tío Adelmo, el tío Remus y Huxley, y Neville con su abuela.
Era casi como si se reunieran en la cabaña de los Potter, como habían hecho numerosas veces durante el verano.
Mientras Molly se ocupaba de Fred y George e intentaba asegurarse de que todos sus hijos tuvieran lo que necesitaban antes de embarcarse, era acosada por Ginny, que también insistía. Ser la única hija que quedaba en casa no parecía nada divertido, pero aún tenía que esperar un año más antes de que empezara su primer curso.
-¿Cómo has conseguido la barrera, Harry?- preguntó Neville mientras escapaba de su abuela, que insistía en alisarle el pelo una y otra vez para calmar sus propios nervios. Todo el tiempo, luchaba por sostener a Trevor en sus manos -¡Creí que iba a chocar con él! Creo que Trevor acabó desmayándose cuando empecé a correr.
Harry se estremeció al oír la palabra "choque" antes de soltar un pequeño suspiro -Acabé chocando con alguien con mi baúl. Al menos fue amable con ello. Pero creo que es seguro decir que tú estabas mejor que yo.
Detrás de él, Huxley y Ron hacían lo posible por reprimir la risa, decepcionados por haberse perdido semejante escena. Sin embargo, la risa de Ron no duró mucho, ya que Molly lo llamó.
-Ron, tienes algo en la nariz.
Ron intentó escapar, retorciéndose lo más posible mientras su madre le pasaba el extremo de la manga por la nariz. Mientras tanto, Fred y George se acercaron a la escena con sonrisas traviesas.
-Aaah, ¿el pequeño Ronnie tiene algo en la nariz?- dijo Fred en tono burlón, mientras George movía los ojos inocentemente a su lado.
-Cállense- les dijo Ron antes de mirar a Harry, Huxley y Neville, con una amenaza silenciosa en el rostro mientras los desafiaba a decir algo. Sólo consiguió escapar del agarre de su madre cuando ésta se preguntó dónde había ido Percy. Finalmente, apareció, caminando con una postura bastante orgullosa.
-No puedo quedarme mucho tiempo, madre- dijo -Estoy delante, los prefectos tienen dos compartimentos para ellos...
-Oh, ¿eres prefecto, Percy?- George jadeó -Deberías haber dicho algo, no teníamos ni idea.
-Espera, creo que recuerdo que dijo algo al respecto- dijo Fred -Una vez...
-O dos veces...
-O tres...
-O todo el verano...
Antes de que Percy pudiera decirles que se callaran también, fue Renata, quien intervino -Y tenía todo el derecho a presumir de ello durante todo el verano- dijo, haciendo que Percy se sonrojara -ha trabajado muy duro para ser prefecto. Deberías estar muy orgulloso de ti mismo, Percy, no dejes que nadie te diga lo contrario.
