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Sus ojos se abrieron más de lo normal por el asombro, eso no se lo esperaba, y tampoco  el beso que le siguió a esa frase, pero no se podía negar a los labios con sabor miel y chocolate del chico que, aceptándolo, le traía loco y lo hacía actuar como todo un imbecil. Un imbecil enamorado.

Tras separase de ese beso, ese beso lleno de emociones y un gran cariño del castaño, lo vió a los ojos, lo vió jadeante en busca de oxigeno, pero con una de esas sonrisas hermosas y tiernas que sólo él sabía regalarle, el también sonrió, derritiendose por dentro, sientiendo como por algunos milisegundos, aquellos pensamientos de terror, aquel rechazo y faceta fría con el chico desparecía -Yo... entiendo si no t- Se soprendío, Duxo lo había callado con otro beso, agarrandolo de los cachetes, bajándole un poco la cara, paso sus manos en el cuello ajeno, pegándose más, sintiendo como las dudas desaparecían, le parecía el paraíso, el sabor de miel y chocolate, que se combinaba  con el de moras lo volvía exquisito y perfecto para ambos, con un vaiven sincronizado y siguieron así unos segundos más hasta que el aire les falto, no se querían separar pero debían de hacerlo, ¿por qué se habían perdido de ese paraíso cuando se besaban en la oscuridad? ¿Qué era de diferente en ese momento?, la sonrisa no se les iba de la cara, permanecería mientras se miraran a los ojos, con ternura, amor y algo de miedo, porque le sigue temiendo a su mejor amigo.  

-No digas nada -Le sonrío con cariño -Sé que he sido un idiota, y no creo cambiar de la noche a la mañana -Bajo la mirada sintiendo al chico abrazarlo con fuerza -Seguiré siendo un idiota, un idiota que te ama, y no se da cuenta -Soltó una risa nasal para corresponder el abrazo con más fuerte, y ahí estaban las ganas de llorar otra vez, las ganas de ser débil por un momento, por él, por el hermoso castaño que se encontraba entre sus brazos, los brazos de un estúpido.

-No me importa que seas un idiota o un estúpido -Sintió un apretón que lo hizo sonreír -Eres a quien mi corazón eligió, y perdoname tú a mi -sus ojos se nublaron con lágrimas -No soy una mujer, no soy especial en lo absoluto...

-Aquino, n- Lo interrumpió 

-Dejame terminar -Dijo con un puchero, rompiendo el abrazo y tomándole las mejillas, conectando sus ojos miel llorosos con los lilas de Duxo. -Pero tú... tú me haces sentir único y valioso, siento que todo esto tenga que ser así, me gustaría que fuese de otra forma, que al final seamos felices, pero... tu ya tienes pareja, serán felices, tendrán hijos, y yo seré el padrino -le sonrío con las lágrimas empapando sus mejillas, sabía que su futuro con Duxo sería imposible, sabía que no era aceptado, pero estar junto a él en sus mejores momentos le bastaba, solo el verlo feliz, aunque le doliera en el alma, le bastaba. 

-Sí, lo serás -él tambien estaba llorando, para ser sincero él mismo las palabras del castaño le dolían, pero le hacían feliz, demasiado feliz, sabía que siempre lo tendría a su lado aún siendo un idiota, que lo acompañaría y le ayudaría a pesar de lastimarlo durante un buen tiempo.

-No quiero interrumpirles -Dijo Adrian apenado  -Pero ya nos tenemos que ir... -Aquino asintió y dejo que Adrian saliera primero para después ver a Duxo y sonreírle con una geniuna felicidad. 

-Recuerda que te amo, te amo demasiado -Lloró de nuevo -Eres mi luz, mi razón de seguir aquí... - Luz que esperaba con fevor que no se apagara, no quería ver esa vela consumirse tan pronto. 

Llegaron Daarick y Anthony a despedirse, lo llenaron de abrazos y palabras bonitas, le prometieron ir a visitarlo y le dieron valor para que el siga sus sueños, cosa que les agradecía demasiado, lo habían apoyado en todo y el sólo había sido una carga de más, y no les importaba, Aquino realmente estaba feliz de haberlos escogido como sus amigos, una vez que se fueron regresó su vista aún nublada con lágrimas al azabache, quien le sonrio torpemente. 

-Gracias -Y lo besó otra vez, lo beso con más fuerza y pasión, como si no quisiera dejarlo ir, su corazón dolía, y esperaba verlo nuevamente, en algún momento, bajo la luna, sin saber cuando o donde, pero esperaba volverlo a ver y tal vez, volver a probar esos labios que le llamaban a gritos. 

Duxo sintió que el menor se estaba despiediendo de él...

Y esa sensación no se fue, inlcuso cuando vió el auto girar y perderse en la oscuridad de la noche.


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wuaaaa QnQ

Bueno, primero que nada, gracias, ya arrebasaron a Café de media noche en votos y lecturas gracias ❤

Los quiero mucho y espero no tardar en actualizar para darle un bonito (para mi) cierre a este fic. 

(si, es corto lo sé, pero le da sazón)

Kisy 🌸

𝐌𝐢 𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐏𝐞́𝐭𝐚𝐥𝐨 | 𝐃𝐮𝐱𝐢𝐧𝐨Kde žijí příběhy. Začni objevovat