CAPÍTULO 53: ¿Fiesta de pijamas?

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Se despierta por la luz de la mesita de noche. El reloj marca las 7:32 de un día de Abril un poco más frío que de costumbre.

Se frota los ojos y se da la vuelta, y aunque sabe de sobra lo que se va a encontrar en el otro lado de la cama, todavía no se acostumbra a esa estampa que hace que su corazón se salte un par de latidos. En el buen sentido.

Porque pocas cosas ha visto nunca que se le parezcan a la belleza que desprenden dos de las mujeres de su vida compartiendo colchón.

Se sienta y se asegura de que ambas están dormidas. Abril se ha quedado dormida en el pecho de su madre y Aitana probablemente estará en uno de esos sueños ligeros que, desde que son padres por segunda vez, son más frecuentes de lo que les gustarían.

Con cuidado de no despertar a ninguna, coge a su hija después de acunarla y la coloca en la cuna de colecho pegada a la cama, aún sabiendo que la pequeña no tardará más de media hora en volver a pedir alimento o en llorar desconsoladamente para que alguno de sus progenitores la duerma.

Aitana se revuelve cuando nota la falta de su hija entre sus brazos, pero el beso de Luis en la frente le tranquiliza y se tumba finalmente en la cama para intentar dormir.

Sus amigos se burlan de él porque parece que ha vuelto a enamorarse. Ellos, que le conocen desde hace mucho tiempo y lo vieron enamorarse en varias ocasiones, están siendo testigos de cómo Luis Cepeda siente verdadera fascinación por su hija y al mismo tiempo vuelve a enamorarse de su novia. Y no van muy desencaminados.

Incapaz de estar más tiempo en la cama, por mucho que los brazos de ella rodeando su cintura le parezcan tentadores y quiera pasarse toda su vida en ese instante, sale de entre las sábanas notando el frío que todavía queda en Madrid.

Agradece que ayer dejó preparada la cafetera por la noche porque si no el ruido que estaría haciendo para prepararse un café doble sería el suficiente como para despertar a Aitana y que estuviese de mal humor durante todo el día.

Por suerte parece que la catalana sigue descansando y él puede disfrutar de ese café mirando las vistas de Madrid desde la terraza.

Su alarma suena indicando que esta sería su hora de levantarse normalmente, lo que su despertador no sabe es que lleva días que no consigue conciliar el sueño porque ni la emoción ni los nervios le dejan dormir.

Está terminando su próximo disco. Lleva unas semanas de retraso pero no puede pedirle más a la vida porque ese retraso ha sido gracias a su hija, que ha robado el corazón de todos los miembros de su familia y amigos.

El día se prevee ocupado. Más teniendo en cuenta que le quedan pocas semanas antes de unos días de promoción intensa y de la revolución que supone sacar un disco nuevo.

Aitana aparece por el pasillo media hora después con el pelo revuelto y unas ojeras que horrorizarían a cualquier maquilladora que la viera, y no pueden resistirse a volver a entre las sábanas para disfrutar de un momento a solas sin interrupciones inoportunas.

La catalana muere por una ducha caliente que termine de despertarla y por un buen vaso de Colacao, pero Abril parece no ceder a estar diez minutos sin su madre y comienza a llorar en cuanto la mayor sale de su campo de visión.

Luis intenta calmarla meciéndola entre sus brazos en un vano intento por que Aitana pueda relajarse y dejar la mente en blanco mientras se enjabona el cuerpo, pero su novia termina saliendo igual de nerviosa que cuando se metió en el baño hace ocho minutos, sólo que ahora con un pijama limpio y el pelo recogido en un moño mal hecho.

Tan sólo con un pantalón de chándal y un sujetador es como la chica se sienta en la hamaca mecedora del cuarto de su hija para darle el pecho mientras ella misma intenta no quedarse dormida.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2021 ⏰

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