Capitulo 9: King.

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Izuku comía felizmente su delicioso cerdo reciente cocido, podía sentir como la carne caliente se derretía en su boca de manera exquisita, era lo mejor del mundo.

Katsuki estaba a su lado, comiendo con él, el rubio podía escuchar a su Omega ronronear felizmente mientras devoraba con hambre su carne. Era algo gracioso de ver, aunque tierno también, no se quejaba de nada.

—¡Terminé!- exclamó el pecoso, sobándose un poco la panza con suavidad, esos antojos por comida deliciosa pasaban a menudo y la verdad le gustaba eso no podía negarlo aunque quisiera.

—Ya me di cuenta.- murmuró en respuesta el alfa, notando las mejillas del pecoso untadas de comida, y además de un plato gigante que se le había servido, que ahora estaba completamente vacío, a su lado.

—Kacchan tengo sueño.- ahora el pecoso estaba dormitando en su sitio, debió imaginarlo, siempre que comía bastante pasaba así, parecía que tenía más energías para comer que para otra cosa.

El rubio solo le ayudó a limpiar el rostro al pecoso y después lo cargó a su cabaña, le acostó en su gran nido de pieles, se acostó a su lado también para estar allí hasta que el Omega se quedara dormido.

—Oí Kacchan, ¿Cómo crees que sea nuestro pequeño?- preguntó el pecoso en un murmullo, mirando al rubio con sus ojos grandes, el rubio lo miró con una sonrisa ladina, lleno de orgullo pero también cariño.

—Será igual de bello que tú, también será el mejor de todos en la tribu, yo mismo le voy a enseñar  cómo serlo.- Katsuki dijo con su sonrisa que cada vez se volvía más grande, e Izuku tuvo que evitar rodar los ojos.

Pobre de su pequeño, solo esperaba que no fuera tan salvaje que su padre, pero bueno, él estaría allí para educar a su pequeño también, así no habría tantos problemas.

—Yo quiero un pequeño que se parezca a Kacchan, pero no tanto, que sea una mezcla de ambos, yo sería muy feliz.- Izuku ya se lo imaginaban, un precioso cachorro de rizos verdes y ojos rubí, sería su pequeña parte perfecta.

El pecoso dejó que el sueño lo llevase a su país, quedarse dormido en los brazos de su amado era lo mejor del mundo y no lo cambiaría por nada.

(...)

Los meses pasaron más rápido de lo que Izuku hubiera querido, pronto ya que encontró en su último mes, se cansaba más aún rápido que antes, su gran panza y la pesadez le hacían caminar como un patito por todas partes.

Mina iba por el mismo camino que ellos, Aoyama también, nunca se hubiera imaginado que al Omega rubio le gustaban alfas tan robustos como lo era Sato.

Denki y el solo podían pensar, “Pobre trasero de Yuga”, si a ellos les dolieron su primera vez, no podía ni pensar el dolor que habrá pasado el pobre.

Pero bueno, eran los gustos de cada quien y no se podía hacer nada. Izuku seguía con sus antojos, aunque había disminuido bastante el último mes y cuando fue a dar a luz, ocurrió una tarde de una semana invernal, estaban a mitad de invierno cuando pasó.

Hubo una pequeña sorpresa, no fue un solo cachorro, fueron dos, una pequeña y un pequeño. Katsuki se había desmayado cuando lo supo. Los había tomado con la guardia baja.

Izuku sintió mucho movimiento en su vientre después de los siete meses, pero solo había pensado que era un cachorro revoltoso el que tenía en su vientre, pero no, incluso se podría decir que la cachorra era más revoltosa que el propio pequeño.

“Genes Bakugou”, fue lo primero que se le vino a la mente al ver eso. Era de esperarse, su pequeña Mahoro quién siempre tenía el ceño fruncido era muy tierna, pero enojona.

King. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora