Capítulo 1

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Narra la madre de Sally...

¡Merrie! - Me llamó una voz encordecida.

Mis ojos se cerraban, era el momento más horrible y desgarrador de toda mi vida...

Sentía como si el mundo me hubiera tragado y después me hubiera escupido de nuevo, en charcos de sangre, bajo todas esas luces rojas y azules. La luz de mis días se apagó, mi alegría se desvaneció de un segundo a otro, una de las personas a quien más quería me defraudó por completo, traicionando a toda la familia, siendo causante de todas estas lágrimas y días grises, se llevó a mi pequeño angelito... Mi linda Sally... Ese maldito, ese malnacido, ese insensible...

Ese estúpido mató a mi bebé, ¡Ocho años! ¡Solo tenía ocho años! Su vida estaba por iniciar, éramos felices, ella era como siempre la felicidad que se contagiaba a quien a su lado estuviera.

Y Jhonny la mató.

Y aunque le hayan dado 97 años de cárcel, eso no la traería de vuelta.

- Merrie... - La voz estaba detrás mío, esta vez.

Me giré lentamente, con los labios secos y abiertos intentando respirar, mi ojos llorosos, rojos e hinchados estaban escondidos tras unas gafas negras de sol. Aunque el día estuviese tan nublado. Tal vez no lo estaba, pero en esos momentos era lo único que yo podía ver. Ese rostro tan familiar me dió comodidad, estaba tan sereno que de alguna manera me hacía sentir... Bien.

- Mamá.. - Hablé temblorosa como una niña pequeña para después lanzarme despavorida a los brazos de mi anciana madre.

Me acarició el cabello como solo ella hacía, me calmó como solo una madre podía hacer.

- Mi cielo, ¿Qué has hecho estos últímos días? - Perguntó conmigo entre sus brazos, no respondí - Llorar, nada más que eso... Dime, ¿Acaso no te alegras por tener ocho maravillosos años de recuerdos?

Solté sollozos desgarradores, sin entender los motivos de esas palabras, para nada me apoyaban en esos momentos, sé que no se trataba de mí, si no de Sally, pero la manera en que me sentía me hacía imposible pensar en otra cosa que no fuera el dolor y la pérdida.

- ¡No quiero que sean solo recuerdos! ¡Quiero que sean parte de un pasado que continúe! ¡Un futuro que valga la pena! - Sorbí naríz, para luego susurrar - Quiero acariciar los cabellos de mi hijita, que me despierte por las noches alegando por una pesadilla y que me pida dormir conmigo, que me cuente como le fué en la escuela, que me pida hacer una fiesta de té con sus muñecas, verla con mi ropa puesta, mis alajas, mis tacones y mi maquillaje diciendo que de grande quiere ser como yo...

En este punto mi voz se rompió, mi respiración se apagaba y mi garganta se anudaba, apretando mis cuerdas vocales y obligándome a toser abruptamente.

Otros brazos nuevos me atraparon, Frank, mi esposo, se acercó a nosotras en silencio. Sabía que había venido a la cocina para decirme algo, pero al igual que yo, no tenía fuerzas para hablar, nada de fuerzas para sonreír.

- Oh, Frank, Lo siento - Dijo mamá liberándome de su agarre - Nunca imaginé... Perdonen.

Y dijo desmoronandose al igual que todos aquí, miré el rostro de mi esposo; Contraído, lleno de lágrimas, ojeras enormes y vulnerabilidad extrema.

Estaba de traje, con corbata negra y cuello blanco, eso fué lo que me dijo a gritos que era lo que venía a decirme...

...Ya era hora de ir al funeral.

Ella Es SALLYWhere stories live. Discover now