Dɪ́ᴀ Dᴏs: Pɪʀᴀᴛᴀs

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Hola otra vez...

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Día Dos
"Piratas"

Día Dos"Piratas"

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−Entonces... ¿ella te agrada?−Su mejor amigo seguía sin creer del todo lo que estaba contándole.

Sentados en el jardín de su casa; Sonic creyó que no había sido buena idea contarle a Knuckles sobre su "experiencia" con esa niña.

Ahora no dejaría el tema de lado y sería su burla constante cada que tuviera la oportunidad.

−Yo no dije eso−Se defendió−Sólo dije que no es taaaaan desagrable−.

Knuckles le miró no muy convencido y asintió.

−Vale, te creo Blue−tomó un trago de la lata de soda que tenía entre sus manos−Entonces no te gusta...−

Sonic negó.

−Claro que no, ¿por qué habría de gustarme?−.

−Los encantos femeninos son así, cuando menos los esperes la tendrás pegada en tu cabeza como una mala canción de las que le gustan a mi papá−.

Ambos infantes palidecieron al pensar en la música que el señor Locke solía escuchar cuando conducía su auto.

−Genial Knuckles, ahora no podré dormir por la noche−se quejo el pequeño Sonic y su amigo solo se encongió de hombros.

Si en algo debía concederle la razón a Knuckles es que después de que Amy se fue no pudo dejar de pensar en ella por un buen rato.

Eso, sumado al hecho de que el aroma a fresas que la niña desprendía se quedó durante un tiempo considerable en su habitación.

Después de haber hecho la limpieza y que su mamá pasase la aspiradora por toda la habitación el aroma a fresas seguía en el ambiente e incluso ella pudo notarlo.

Aunque claro, no iba admitir que era capaz de percibirlo, no quería sonar interesado en ella.

Al cabo de tres días su aroma al fin había desaparecido y aunque no se sentía triste, fue extraño entrar y no recibir ese dulzor.

−Oye, blue−Su amigo habló captando su atención−Debo irme a casa, es día de pizza−Se puso de pie y tomó su bicicleta−Papá dice que si no llego temprano va a terminar comprando pizza con piña−hizo una mueca de desagrado−En fin, nos vemos mañana−Finalizó despidiéndose mientras se perdía por las calles del vecindario.

No era que viviesen muy lejos el uno del otro, posiblemente les separaban unas cuatro o cinco calles de distancia.

Rumbo a su habitación; notó como su madre hablaba por teléfono animadamente y le hacía una seña con la mano indicándole que se acercara.

𝚂𝚘𝚗𝚊𝚖𝚢 𝚆𝚎𝚎𝚔 𝟸𝟶𝟸𝟷Kde žijí příběhy. Začni objevovat