ZVER' |+18|

CAPÍTULO 8

Fuera de eso, he tenido pocas parejas sentimentales, ya que llevo un estilo de vida de alto riesgo, y no cualquiera me llega a la altura como criminal, yo necesito a alguien que esté a mi nivel en todos los sentidos, debo ser consciente que no sólo voy a elegir a una esposa, también a una líder, ya que si algo ha distinguido a la Bratva son las mujeres que representan al clan, así que necesitaría una Alfa lista para morir y matar por la organización, es un lugar grande, que hasta ahora a nadie le ha quedado.

Observo a la rubia que se duerme casi al instante, miro el reloj colgado en la pared, son las cinco de la mañana. Se supone que en una hora sería mi horario de iniciar el día en el gimnasio para pasar al trabajo, pero bueno, supongo que puedo hacer una excepción de vez en cuando.

***

El cuerpo desnudo de Aurela yace entre las sábanas blancas, dándome una imagen matutina perfecta, el rubio cabello cubre mi pecho al igual que su mano derecha que me rodea el abdomen. Debería alejarme, sin embargo, una cosa es el deber y otra el querer. Y lo que quiero es seguir en esta cama con la hermosa mujer que duerme plácidamente. Por inercia comienzo a dibujar figuras aleatorias con mis dedos sobre su espalda desnuda, suelta un suspiro y sonríe sin abrir aún los ojos.

—¿Qué hora es? —pregunta con una voz ronca y cansada.

Fijo los ojos en la ventana por donde se filtran los rayos solares iluminando la habitación.

—Es medio día, pensé que nunca ibas a despertar.

Intenta reincorporarse, pero no se mueve mucho ya que cuando lo intenta hace una mueca de dolor y vuelve a su posición.

—Siento como si me hubiera pasado un tren encima —dice abriendo los ojos, sumiéndome en su océano.

—Un tren no, un ruso sí —contesto y sonríe, divertida.

—El dolor vale la pena, me recuerda lo bien que me la pasé con el ruso.

—¿Te estás insinuando, Malen'kiy?

Su sonrisa se ensancha calándome en lo más profundo, dándome una sensación nueva que crece cuando detallo el brillo en sus ojos.

—Tal vez.

Tomo su rostro con una mano para poder plantarle un beso que demuestre todas las ganas que le sigo teniendo a pesar de ya haber estado con ella. Me incorporo en la cama, haciendo las sábanas de lado para poder apreciar su sensual figura desnuda. Me cierno sobre ella y comienzo el recorrido saboreando su piel dejando besos por su cuello y clavícula, descendiendo lentamente por su abdomen hasta llegar a su sexo que ya se encuentra empapado.

Abro sus piernas flexionándolas sobre el colchón y colocándome en su centro. Con mis dedos entre abro sus pliegues dando un lengüetazo que provoca que jadeé y que su espalda se arquee por inercia, alzando la pelvis en busca de más. Mi boca encuentra su clítoris y comienzo a besar y tirar de él con delicadeza, deleitándome con su esplendoroso sabor mientras comienza a gemir aceleradamente, poso mis manos en sus caderas para evitar que se mueva. Enreda sus piernas en mi cabeza, aprisionándome contra ella provocando que quiera seguir con el cometido.

Me estoy volviendo adicto al éxtasis que emiten sus deliciosas curvas.

Mi lengua recoge su excitación tocando los puntos exactos que hacen que tense sus músculos y apriete su cuerpo. El verla siendo presa del placer siempre va a ser mi mayor estímulo, ya que nada se compara con la expresión que hace cada que muerde su labio y aprieta los ojos sin ser netamente consciente.

No pasa mucho tiempo para que explote en mil pedazos en mi boca, haciendo que me trague todo lo que suelta, vuelvo a subir por su cuerpo hasta llegar a su cara y la beso en los labios para que pruebe su sabor. Lo hace sin pensarlo, soltando leves gemidos que comienzan a hacer efecto, acumulándose la sangre en mi miembro.