Capitulo 23: Todo

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Se paro en la entrada a la sala mirando al interior, un camarero se paró a su lado e instintivamente Mireya tomo una copa y bebió de un sorbo todo el contenido y cuando la dejo de nuevo sobre la bandeja, una mano se poso en su espalda.

-¿Tenias sed? –Mark le hablo mirándola con el ceño fruncido

-Se me seco la garganta –Mireya se giro hacia el mirándole fijamente –Tardaste mucho ¿no?

-Me encontré con un viejo amigo –El miro hacia otro lado incomodo

-Claro, los reencuentros es lo que tienen –Y Mireya apretó los labios en una fina línea para tragarse sus palabras. Pero luego recapacito. ¿Por qué tenía que callarse? Ya no importaba. Y justo cuando estaba a punto de abrir la boca un hombre la interrumpió.

-Disculpad –El hombre asintió observando a Mireya y después fijo la vista en Cardoni –Mark necesitamos hablar contigo un momento

-Claro –el asintió y miro a Mireya –Enseguida vuelvo

-Si no te encuentras con algún conocido –Mireya hablo para sí misma cuando él se alejo. Tomo otra copa que un camarero le ofreció y se giro para caminar hacia el exterior. No le apetecía estar allí encerrada, entre tanta gente falsa.  Con la copa bien sujeta en su mano, salió por la puerta al jardín y camino alejándose del sonido de la música del interior. Busco la paz que necesitaba, para lograr pensar con claridad.

Pero no era tan sencillo encontrar paz en aquel lugar.

-¿Tan solita? –Jesica apareció a su lado, observándola con una sonrisa –Debes sentirte muy fuera de lugar aquí, entre tanta gente culta y elegante.

-Si, no me siento cómoda entre tanto estirado –Mireya la miro fijamente –No me agrada tanta falsedad

-¿Ah no? Creía que estarías acostumbrada a ello –Jesica alzo ambas cejas -¿No es eso lo que haces?

-¿Y qué es lo que haces tú? –Mireya dio un paso hacia ella -¿Esperar por un hombre que no te tiene ni en cuenta?

-Por lo menos yo no me tengo que vender –Y ella le dio un manotazo logrando que la copa que Mireya sostenía cayera al suelo –Tu no dejas de ser una prostituta y Mark se cansara de ti y tendrás que pasar a manos de algún otro rico dispuesto a pagar para que te metas en su cama.

-Algo que tu no conseguirás jamás, porque no entraras en la cama de Mark vendiéndote como yo –Mireya entorno los ojos

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