Hace miles de años, la Mariposa Roja, Ryomen Sukuna, fue exiliado del Reino de las Mariposas por su pecado de avaricia, perdiendo su verdadera forma y convirtiéndose en una maldición. Para poder recuperar lo que perdió, empezó a secuestrar niños, bu...
Cada mil años nacería en este mundo un niño entre un humano y un ser invisible, un niño que traería desgracias a las personas que lo rodearían.
Estos niños nacerían con un ojo carmesí, su piel sería blanca como la nieve y su cabello sería negro como el carbón; prueba de que son los hijos de lo invisible.
Pero lo que más destacaba entre esos niños eran las mariposas que volaban a su alrededor, mariposas que aparecían de la nada en el momento en que llegaban a este mundo. El color de las mariposas daría un sentido diferente a la vida del niño.
Sin embargo, la vida de un niño entre un humano y un ser invisible no viviría por mucho tiempo, porque había una criatura grotesca que se los llevaría y les robaría la vida.
La grotesca criatura era conocida como Ryomen Sukuna, una maldición que había perdido su verdadera forma hace miles de años a manos de la Mariposa Negra. Queriendo recuperar su verdadera forma, comenzó a secuestrar niños en busca de los hijos de lo invisible, lo que provocó la gran desaparición.
Durante años los niños siguieron desapareciendo a manos de Sukuna, haciéndolo recuperar su verdadera forma poco a poco. Sin embargo, la vida de los hijos de los humanos no fueron suficiente. Para poder recuperar su verdadera forma, necesitaba consumir la vida de los hijos de la Mariposa Negra, pero por muchos niños que se llevara, no podía encontrar al resto de los hijos entre esos humanos.
En todos los miles de años que llevaba secuestrando niños, sólo logró consumir la vida de dos hijos de ese hombre. Además, ya estaba al tanto que otro de los niños de la Mariposa Negra había nacido, pero por alguna razón desconocida no pudo encontrarlo.
Así que sólo pensó una cosa: ¡las mariposas estaban protegiendo a ese niño de su alcance!
Incapaz de darse por vencido, siguió buscando al niño durante años hasta que un fatídico día todo cambió.
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