🙏📿🪨Gyomei Himejima🙏📿🪨

Comenzar desde el principio
                                    

— Has hecho trampa. — Volvió a repetir pellizcando una de mis mejillas, aparté su mano de manera vaga.

— No. Solo hice el entrenamiento más difícil.

— Me parece bien pero, tu rodilla está sufriendo tus locuras. — Señaló con la mirada. Levanté la cabeza para mirar mi rodilla que se encontraba herida, empezaba a fluir la sangre por mi pierna.

— Si queremos entrenar de verdad, no podemos poner límites. En las batallas podemos acabar heridos y no puedo estar aquí quejándome por un simple raspado. — Suspiró por mi terquedad mientras se levantaba y tomaba mi mano tirando para levantarme sin delicadeza.

— Entonces tampoco hay descansos, así que muévete. — Cogió mi brazo pasándolo por detrás de su espalda sobre sus hombros, haciendo de pilar para sostenerme y no caer. Le miré de reojo preocupada, mantenía una sonrisa fija en su rostro mientras que empezaba a sudar y a respirar pesadamente.

— Estás sobre esforzándote demasiado. Solo paremos a recuperar fuerzas, no corre prisa mi herida.

- La herida importa, me quedo más tranquilo si te lo curo cuanto antes. Es irónico, porque estando destrozado muevo cielo y tierra para salvarte. Que buen hermano tienes ¿Eh? — Dijo riendo por su comentario. Mi hermano siempre que podía sacaba su mal sentido del humor, es decir, todo el tiempo hacía el tonto. Tiré brevemente de un mechón de su pelo rebelde anaranjado y se quejó.

— Mentira, un buen hermano mayor le hace la comida a su hermana. No al revés.

— ¿Eh? Esperaba que te sintieras conmovida... ¿Eso significa que no harás la cena? - Dudó bajando el tono de su voz a medida que cambiaba mi expresión, dándole a entender mi respuesta. - Está bien, retiro lo dicho...

Reí un poco por su actitud, al principio preguntaba con los ojos brillando y ahora bajó las orejas como un cachorro. Un pensamiento fugaz me hizo volver a la realidad, poniéndome seria.

— ¿Crees que volverán? - Mi hermano cambió su expresión poniendo la misma que la mía.

— Es posible, no saben cuándo dejarnos en paz.

En nuestro pueblo, comenzó a correr un rumor sobre nosotros: Dos infantes fueron abandonados por sus padres. Mis padres eran sociables, lo cual con el paso del tiempo las personas que les conocían empezaron a sospechar por su ausencia.

El rumor se extendió llegando a oídos de una persona llamada Ubuyashiki, quien envió a su esposa para hablar con nosotros y ofrecernos su residencia como hogar.

Nosotros no confiamos en nadie, rechazamos su propuesta muchas veces pero no cesaron, decidimos irnos de nuestro hogar aún siendo pequeños. Nos fuimos a una aldea más lejana con el objetivo de alejarnos de los rumores y que no nos ubicaran más, además de haber sido una casa atacada por un demonio, no era una señal de ser un sitio seguro.

Al principio costó bastante acomodarnos, era una casa abandonada y aislada, estaba muy desarreglada y tenía algunas partes destrozadas, habiendo huecos conectando con el exterior en el techo y pared. Con el tiempo íbamos reparando cada cosa, nos llevó 3 días casi sin dormir, debíamos darnos prisa por ser temporada de lluvia y nieve.

No pude evitar reír por recordar cuando mi hermano gritó como una niña al ver unos arbustos moverse, al final era un conejo. Dai me miró confuso, abrió la boca para hablar, pero como si nuestras mentes estuvieran conectadas me anticipé a la respuesta.

— No, no tienes una araña en el pelo. — Relajó su rostro.

— Tienes una cucaracha voladora.

𝕂𝕚𝕞𝕖𝕥𝕤𝕦 ℕ𝕠 𝕐𝕒𝕚𝕓𝕒 🅞🅝🅔 🅢🅗🅞🅣🅢  (𝐇𝐮𝐬𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨𝐱𝐓ú) +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora