Capítulo 2: "Cosa brillante"

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- No bestia...

Una pausa y un gran silencio se produjo, la joven dejó caer su canasta tirando así las flores que esta contenía.

La bestia volvió a hablar.

- Monstruo.

Dijo este señalando a sí mismo y mostrando sus colmillos con una gran sonrisa.

***

Acorralada contra los arbustos y mirando con temor a Monstruo, sin darse cuenta la cuerda de su collar atoro en una pequeña rama pero lo suficientemente fuerte como para quitárselo si que está se diera cuenta.

Monstruo al darse cuenta de la canasta en el suelo, de la cual habían caído algunas manzanas dijo:

- ¿Monstruo puede...

La joven aprovechó que Monstruo había estado distraído y huyó por los arbustos.

Monstruo miró extrañado el lugar vacío donde antes se encontraba la joven.

- ...Comer?...

***

- ¡Madre!, ¡madre!.

La joven de ojos dorados salía del bosque y se dirigió rápidamente a la parte trasera de su casa.

Una señora de cabello marrón, ojos grises y un vestido largo de color rojo se encontraba tendiendo sábanas.

La joven agitada se acercó a su madre.

- U-una una b-besti-

La señora interrumpió a su hija con un tono firme y autoritario.

- Melissa, habla sin tartamudear.

- Lo siento... Pero yo vi una... una...

Melissa se llevó la mano al pecho y notó que ya no tenía su collar.

- ¿Una?.

Dijo su madre.

- Nada... tengo que irme.

Melissa se retiró y regresó al bosque dispuesta a recuperar su collar, aunque seguía muerta de miedo, tenía que recuperarlo, era especial para ella.

***

Frente al lugar donde vio por primera vez a Monstruo Melissa dudaba si cruzar o no los arbustos.

Nerviosa miró de un lado a otro en busca de señales de la bestia.

- [ya se fue... espero.].

Pensaba mientras suspiraba.

- Se llevó mis manzanas. Como sea.

Se dirigió hacia el arbusto donde anteriormente había sido "acorralada" y comenzó a buscar entre las pequeñas ramitas algún rastro del collar.

- [qué extraño... pero si la última vez-].

Sin percatarse de nada Monstruo se encontró detrás de ella nuevamente.

- Monstruo tener cosa brillante.

Dijo él en un tono muy alegre, claro tan alegre como se pueda escuchar una voz como la de él.

- ¡¿EH?!.

Melissa al escuchar aquella voz, reconoció rápidamente que era aquella bestia.

El ambiente se tornó oscuro, como si el sol ya no estuviera. El miedo invadió a Melissa, ella no podía moverse, no podía gritar, simplemente cerró los ojos teniendo a la temible bestia aún detrás de ella.

La bestia nuevamente tocó el suave cabello de la joven.

- Aunque quedar mejor con...

Con sus puntiagudos dedos tocaba suavemente el cabello de Melissa.

***

***

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