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— Kata, Matsuno Chifuyu quiere hablar contigo. —

No sé cuánto tiempo había pasado, pero no mucho desde que me desperté, ayer entre lagrimas y pensamiento acabé dormida.

— Está bien. —

Su padre se quedó quieto tras la respuesta, su hija no había salido desde ese día de su habitación. Todos los días venía Mikey preguntando por ella, al principio más de una vez al día, siempre traía dulces. Aun así no habia manera de que Kata saliera de su cuarto, eso tenia a Daiki e Isamu preocupados y más cuando apenas comía. Isamu sugirió darle su tiempo y espacio hasta que la cosa se calmara y eso hizo su padre. Que por fin aceptara las visitas le hacia tremendamente feliz, no preguntó más y se dirigió hacia el chico que estaba en la puerta.

— ¿Se puede? — El chico no dio tiempo a una respuesta cuando ya estaba dentro de la habitación.

— ¡Matsuno! — Kata se tapó con la sabanas, esta muy avergonzada, no esperaba que entraria, pensaba salir ella a recibirlo. Pero ahora el rubio había entrado a lo que parecía una cueva. Estaba casi todo oscuro, papeles tirados por el suelo y por la cama, además de otras cosas por ahí, sin mencionar que la habitación no estaba ventilada.

Lo primero que hizo el chico fue abrir las persianas y la ventana. — Lo siento Kata. —

Chifuyu se acercó a la chica mientras le quitaba suavemente las sabanas de su cara. — ¿Me acompañarias a visitar a Baji? —

Kata bajó la mirada y luego de pensarlo asintió levemente. Chifuyu sonrió, aunque ella no lo hubiese visto.

— Pero tengo que ducharme y limpiar esto. —

— Yo recogeré tu habitación, puedes ir a ducharte tranquila. — Chifuyu no aceptó peros y al final Kata accedió.







No me imaginé tener que estar frente a la tumba de alguien importante para mi. No creo que sean cosas que se imaginen, nadie se espera que le pasen cosas malas a las personas que quieren.

— Ten. — ¿Peyoung yakisoba? Ahí me di cuenta de que en la tumba de Baji se encontraba una porción de lo mismo. — Tu padre me ha dicho que no has comido nada, no nos preocupes de esa manera, Baji tiene la mitad. — Parece que hago preocupar a Chifuyu a menudo, le agradecí y empecé a comer.

el rubio suspiró antes de hablar. — Lo siento, estuve planteandome en si ir a verte o no molestarte. — fruncí el ceño tras su disculpa. — Pero luego pensé en que haría Baji, él sin duda te hubiese sacado de tu casa, aunque sea arrastrandote. Te prometo que haré lo mejor para...

— Pero tú también estabas pasándolo mal, todos estámos sufriendo la misma perdida. Además no eres Keisuke Baji, eres Matsuno Chifuyu y también eres mi mejor amigo, no necesitas actuar como un remplazo porque no lo eres. —

Kata apoyó su comida para abrazar a su amigo, quien correspondió su abrazo. Tuvo que decírselo ella para caer en cuenta de lo que estaba realmente diciendo. Pensaba actuar como Baji, hacer las cosas que Baji hacia y haría por ella solo para hacerla feliz. No se dio cuenta hasta ahora de que Kata también le tenía un enorme cariño y le apreciaba por como es.

𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐁𝐄 | 𝖳𝗈𝗄𝗒𝗈 𝖱𝖾𝗏𝖾𝗇𝗀𝖾𝗋𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora