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❝ — Estarás bien. . . Solo, solo esperaremos a un Kakushi que consiga sanar tus heridas. . . ¡No cierres tus ojos! ¡Maldición! — ❞
La joven se levantó jadeando, con su mirada desorbitada. Miró a su alrededor y se tranquilizó al notarse en su habitación.
¿De quién era esa voz?, ni ella lo sabía.
Otra vez otro fragmento de aquellos oscuros recuerdos de su vida pasada se hacía presente en la mitad de la noche, solo que ella no lo sabía. La luna reflejaba a través de sus ventanas, iluminando su rostro somnoliento.
Esa era otra noche de Nishimiya ___________, alumna del Instituto Femenino "Sekire". Sus padres eran dueños de un restaurante de comida tradicional japonesa. Era compañera de Curso de la hermana de Kanae, Shino, con la cual a pesar de solo charlar en algunas ocasiones, le era muy agradable.
— ¿Otra vez esa voz? Me pregunto que significaran mis sueños...
La joven negó con la cabeza tratando de disipar sus pensamientos y volvió a acurrucar en su cama con una sonrisita en el rostro; dormir es una de sus cosas favoritas. Sus ojos lavanda se cerraron para poder conciliar el sueño.
[...]
Los cabellos negros teñidos ligeramente grises en las puntas amanecieron un poco alborotados. Nishimiya se levanto como de costumbre, bajando rápidamente al comedor. Sus padres estaban cocinando el desayuno, mientras que la joven, ya vestida para la escuela, se encargaba de la labor de limpiar el comedor.
— Bien. Cariño, el desayuno esta listo.
— La mesa también esta limpia, mamá.
La familia Nishimiya se sentó a charlar brevemente. No se veían gran parte del día, pero, trataban de no perder esa conexión y confianza. La pelinegra se levantó de su asiento al ver el reloj de pared.
— Mamá, papá me tengo que retirar. Gracias por la comida, de nuevo.
— De nada, cuidate.
— Cuídate ___________.
La joven de ojos lavanda se despidió de su familia con un beso en la mejilla. Pronto, salio de casa caminando mientras miraba su móvil. Un par de adolescentes estaban caminando a unos 5 metros de ella, cosa que aquella joven no había notado. La pelinegra escuchó una voz varonil familiar.
— ¡Zenitsu!
Mencionó por reflejo. Los jóvenes de adelante voltearon a verla, mientras que ella no sabía que excusa poner.
— ¿Te encuentras bien?
Delante de ella, apareció una de las personas que aparecían en sus recuerdos. Eran la misma persona a la perspectiva de la pelinegra de puntas grises. Tenían los mismos ojos, la misma forma del rostro, la misma manera de tener el cabello. el nombre que se le vino a la mente, fue solo el de "Nezuko", una joven más de sus recuerdos.
