El búho abrió un ojo cuando Renata abrió la puerta de la jaula y empezó a estirar las alas.

-Le dejé volar un rato y, naturalmente, los otros búhos estaban bastante celosos y no podía mostrar favoritismo hacia uno solo. Así que procedí a dejarlos salir a todos para que pudieran estirar las alas. Pensaba dejarlos toda la noche y volver temprano para meterlos a todos en sus jaulas. Pero mi jefe apareció por la mañana antes que yo.

-Oh no- la sonrisa de Harry se desvaneció -¿te despidieron?

-Así es y fue lo mejor que me pasó.

La confusión invadió el rostro de Harry mientras miraba a su madre. Nunca había escuchado a alguien referirse a ser despedido como algo bueno.

-¿Lo fue?

Renata asintió con la cabeza -El mismo día que me despidieron, tu tío Adelmo me dijo que llevara a Enzo al parque, a tomar aire fresco. Y mientras estaba allí, conocí a un hermoso niño que me hizo sentir mejor en un instante. Aplaudimos y recogimos flores. Y pude conocer al hombre más guapo del mundo...

-Shh, cariño- la voz de Sirius se coló en la conversación mientras entraba en la cocina con los regalos en la mano -no dejes que tu marido oiga esas cosas. Podría ponerse celoso.

Harry y Renata pusieron simultáneamente los ojos en blanco ante el comentario de Sirius, ambos sabían perfectamente que se había referido a James. Pero la llegada de Sirius les indicó que los demás invitados llegarían en breve. Renata le dijo a Harry que se preparara para la llegada de sus amigos, mientras ella abría la ventana para dejar salir a la lechuza.

Dirigiéndose a la puerta principal, Harry se detuvo un momento en el umbral de la cocina antes de volver a mirar en dirección a su madre.

-Hola, mamá- la llamó. Ella miró rápidamente por encima del hombro -Me alegro de que te hayan despedido.

-Yo también, patatino, yo también.

Sirius dejó de arreglar los regalos que había traído y miró a un lado y a otro de los dos, preguntándose en qué conversación se había metido. Pero se limitó a encogerse de hombros cuando llamaron a la puerta y Harry salió a responder.



Uno a uno, todos los mejores amigos de Harry llegaron, y hacía un tiempo perfecto para sentarse fuera de la cabaña Potter. Al igual que Harry había escuchado a todos sus amigos hablar de sus viajes de compras en el colegio, Huxley, Ron y Neville querían escuchar cómo le había ido a Harry. Como no quería contarles a todos lo que Ollivander había dicho, Harry mantuvo su aventura de compras en secreto, pero decidió mencionar lo que su padre le había dicho en privado.

-Mi papá me dijo que había un mapa que él, tío Remus y tío Sirius armaron cuando estaban en Hogwarts- susurró, para que sólo ellos pudieran oírlo -Hicieron un mapa de todo el colegio, incluso de los pasadizos secretos. Y lo mejor es que todos los habitantes del castillo aparecen en el mapa. Dice que todavía está en el colegio.

Por un momento, ninguno de los chicos dijo nada, Neville y Ron parecían estar asombrados, mientras que Huxley parecía bastante escéptico sobre la idea del mapa.

-¿Estás seguro de que el mapa existe, Harry?- le preguntó Huxley -Es decir, esos tres eran conocidos bromistas en aquel entonces, ¿cómo sabes que tu padre no nos está gastando una broma? Ha pasado un mes desde la última broma que nos hicieron, hace tiempo que debería haber pasado.

-No, espera un segundo- intervino Ron -espera. Fred y George dijeron que habían encontrado un mapa en Hogwarts. Estaba en la oficina del conserje, intentaban llevárselo, pero los atraparon. Tal vez sea ése. Fred y George no se llevarían algo si no tuviera algún valor para ellos. Tiene que ser el mismo mapa. A menos que haya muchos mapas en Hogwarts por alguna razón.

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