𝟑

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Tuvieron que pasar unos minutos para que el pequeño se relajara un poco, aún seguía algo alterado. Temblaba e hipaba aferrado a su camisa.

—Todo estará bien Steve, ¿Que sucedió?

Suspiró entrecortado y se acomodó en las piernas del castaño para estar de frente y verlo.

—Fue... un sueño, uno muy malo, lo sentí tan real. Más bien... una pesadilla dónde estabas tú, un lugar destruido y con muchos cuerpos, todo rojo—de solo recordarlo se angustio.—Y había un hombre volando, con capa, otro rubio... y, y... entro en un agujero, tu y él gritaban, de pronto sentí muchísimo miedo, y desperté, se sintió horrible—sollozo abrazando al hombre de nuevo. Allí sentía que todo estaría bien.

A él se le cortó la respiración un momento. Inhaló el aire que se le escapó de los pulmones tratando de mantener la compostura.

—Es... solo una pesadilla Steff, no tienes por qué temer. No es real ¿Bien? 

—Si, eh... T–Tony...

—¿Que pasa?

—Es que n–no puedo... respirar... no respiro... no...

Steve hacia un gran esfuerzo para respirar pero el aire no llegaba y la garganta se le cerraba, transpiraba agitado y lágrimas brotaron de sus ojos por el pánico.

—Hey ¡Hey Steve!—ahora el terror lo embargó a él.—Respira Steve, vamos tu puedes, ¡Steve!—"señor" una voz femenina en su cabeza hizo aparición. "El joven Rogers está presentando un ataque de asma"

—Señor Stark debe firmar estos... ¡Oh por Dios Steve!

Soltó el portafolios que traía en las manos y llegó hasta su hijo tomándolo de los brazos del Alfa que lo dejo ir de su regazo conmocionado.

—Vamos cariño, inhala y exhala—lo ayudo mostrándole cómo hacerlo, pronto saco el inhalador de su bolsillo el cual colocó en sus labios.—Que bueno que vine preparada—agradeció al cielo por haberlo traído, sabía muy bien que los ataques de Steve eran inoportunos. Cómo hoy.

—Gracias mami...—lentamente fue regulando su respiración.

Tony en su asiento seguía ido, eso definitivamente fue algo inesperado y totalmente nuevo. Su rubio nunca... nunca le dijo que tuvo enfermedades en su niñez.

—Discúlpenos joven Tony, a veces, Steve tiene ataques de asma, desde muy pequeño la a tenido y... de verdad no quisimos causarle ningún inconveniente—se disculpó peinando el cabello alborotado del niño.

—Si yo... eso no importa ahora, ¿Estás mejor?

—Si—asintió.

Un minuto de silencio se presentó en la oficina hasta que fue interrumpido por la misma Sarah.

—¡Oh Dios! Los papeles, se me cayeron, los que debía firmar—dejo a Steve en el mueble y se dispuso a recoger el portafolios con algunas páginas que se salieron. Las acomodo debidamente y dejo el objeto frente a su jefe.—Aquí tiene.

—Gracias Sarah, ¿Queda algo más por hacer?

—Si, pero Steve...

—No te preocupes por él, yo estaré al pendiente—le aseguro a la mujer tomando su mano y regalándole una sonrisa.

Dudó unos instantes antes de asentir lentamente, sabe perfectamente que el joven no quitará el ojo de su cachorrito.

—Tome—le entrego el inhalador.—A veces regresa—y salió dándole una última mirada al jovencito.

—¿Seguro estás bien Steve?—vaya susto que se llevaron él y su lobo, nunca habían estado tan asustados, no desde el 15 de octubre de 2020.

—De verdad Tony, ya pasó.



Se hicieron las seis y ya era la hora de partir. Steve hizo un puchero, no quería irse, quería estar con Tony un rato más.

—Steve quita esa mueca, verás al joven Tony mañana... parece que se apego mucho a usted en estos días—rió viendo al castaño. El rubiecito bufo y se giró apenado.

—Nos veremos mañana también Stevie, no te desanimes, si quitas esa carita alargada te daré un regalo.

—¿Un regalo?—giró la cabeza interesado.

—¿Ves? La quitaste—rió.—Aquí tienes—agarró la mano del Omega y colocó un anillo de plata con el símbolo de una careta y un reactor. Sus ojitos fueron deslumbrados, era tan genial.

Pero... había un problema.

—Pero ya tengo un anillo.

—¿De verdad?

Asintió y metiendo la mano dentro de su camisa, mostró una cadena de la que colgaba otro anillo de oro y un pulpo tallado, nunca lo mostraba porque sabía lo valioso que era.

—¿De dónde lo sacaste?—tomo el anillo entre sus dedos para verlo, y efectivamente era el auténtico de Hydra, las letras grabadas "Juntos en cualquier pelea por siempre" se lo confirmaban.

—Yo lo encontré—intervino la mujer expectante de todo.—El día que nació Steve fuera del hospital, era muy raro y hasta tétrico por el detalle, pero igual lo tome. Consideré muchas veces venderlo por nuestra situación, pero simplemente no pude y se lo di a Steve—explicó.

—Yo también, pero tampoco pude, es especial.

—Oh, que lindo—acarició una vez más el metal con verdadera tristeza para posteriormente entregarlo a su dueño.—Pero no importa, ahora tendrás dos.

—¿Está seguro joven Stark? Es muy valioso y no quisiera que Steve lo perdiera...

—Confío plenamente en que lo cuidara, por qué lo harás ¿Verdad?

—Seguro Tony, lo cuidare con mi vida—apretó los anillos en su pecho. Era una promesa.



—Tanto tiempo sin verte mapache—canturreó entrando como si nada a la oficina de Natasha.

El azabache del otro lado de la pantalla sonrió divertido al ver la expresión malhumorada de su Alfa.

—¿Acaso no te enseñaron a tocar?—se quejo.

—Así es.

Bufo hastiada y regreso la mirada a su Omega.

—Hola Stark, ¿Cuanto tiempo? Un... año creo.

—Doce para ser exactos Barnes.

—Nat me lo contó todo, ¿De verdad es él?—en su voz se notó la ilusión, por fin tendría a su hermano devuelta.

—Más que seguro, e incluso tiene nuestro anillo de compromiso.

—¿Si?—preguntaron a coro.

—Si. ¿Ya lo encontraron?—cambio de tema. Había otra cosa o mejor, otra persona a la cual encontrar.

—Es difícil seguirle el rastro, un mago siempre tiene sus trucos, incluso Peter no ha podido seguirle.

—Peter... ¿Cómo está?

—Excelente—dijo sarcástico.—¿Cómo crees? Necesita a sus padres, puede que ya esté mayor pero de verdad los añora, siempre está lamentándose. Ni su Omega puede animarlo.

—Dile que no se preocupe, que tardaremos, pero que cuando menos se lo espere... estaremos juntos de nuevo.

𝐄𝐥 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞 𝐒𝐈𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora