Se sentía estúpidamente tonto en estos momentos, como aceptó algo así?

Bueno, no era aceptar ese tipo de relación en sí


Se sentía estúpidamente tonto por haber desarrollado otro tipo de sentimientos por el otro durante el transcurso de estos hechos. Es que simplemente no podía, amigo perfecto como prospecto de novio más sexo no caía bien juntos, para nada.

Talvez para otras personas que supieran controlar bien sus pensamientos y sentimientos estaría bien, saber separar el sexo del amor, de no confundir la atracción con algo romántico, pero el era totalmente un asco en todo eso. Porque enserio que pasar los instantes con el ruso lo confundía aún más

Es que el chico era simplemente perfecto, y no se refería a solo los momentos del acto en sí, en todos los demás aspectos lo era de igual manera, el tiempo que pasaba con él, las salidas que compartían, su trato hacia él, todo lo había hecho enamorarse de una manera que maldecía en esos instantes.


Ahí cuando, como la primera vez, tenía al chico apretándose contra él en un abrazo casi necesitado aún sin despertar, cuando su rostro reflejaba una gran calma, cuando lo único que impedía su desnudez eran su sabanas, aunque claro, no impedían que el gran frío que sentía en su corazón lo recorriera de pies a cabeza. Porque ya no soportaba esto, no soportaba estar más cerca del chico sabiendo que todo lo que hacía solo era ilusionarse más y más con la remota idea de algo imposible, después de todo, el error había sido de él y solo de él.


Por eso hace mucho había jurado que esa sería la última vez, ya perdió la cuenta de cuantas veces se dijo que esa noche sería la última en la que caería ante el deseo, que sería la última vez que probara los labios del otro, que sentiría su boca recorrer su cuerpo solo de esa manera fascinante en la que solo él sabía hacerlo, que sus hábiles manos apretaran los puntos justos que despertaban aún más su pasión, porque el chico conocía tanto su cuerpo, podría decir que incluso más que el mismo. Que sería la última vez que escuchará sus leves gruñidos contra su oído o que viera su escultural cuerpo con ese leve brillo producto del sudor recorriendolo, y mucho peor, había jurado que sería la última vez que se sentiría seguro bajo esos brazos que lo atraían luego de todo dando unas cuantas caricias sobre su cuerpo y cabello, susurrando palabras lindas antes de caer rendido ante el agotamiento.


Pero esta vez lo haría, había sido la última vez y era lo mejor para todos, eso quería creer.


Por eso cuando sintió el característico movimiento a su lado y el agarre forzarse más sobre su cuerpo, cuando fijó su vista en el rostro contrario de los cuales sus ojos se abrían poco a poco revelando ese bello azul en su mirada además de la cálida sonrisa que le daba, ahí cuando el chico susurraba un dulce "buenos días", en ese momento sabía que debía terminar con todo eso.

Se removió del agarre casi sin mirar al otro mientras se semi sentaba en la cama pensando en cómo empezar con todo eso, cualquiera creería que con tantos días con esa idea sobre su mente había pensado detalladamente en qué decir pero nada había surgido, ni un discurso se encontraba ahora en sus pensamientos, y así seguiría si no sintiera como el chico imitaba su acción mirándolo algo extrañado ante su actitud fuera de lo común.

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