Parte única

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Harry caminaba al gran comedor pensando en lo que había pasado el día anterior.

----Flashback----

Harry se encontraba colgado de un Ravenclaw que lo apretaba contra la pared, mientras se besaban como si no hubiera un mañana. Él sabía que era arriesgado, estaban en medio de un pasillo, y a pesar de no ser uno muy concurrido, cabía la posibilidad de que alguien pasara. Pero tenía los sentidos embotados por la delicia del beso, y cada vez que intentaba frenar a su conquista, para ir a otro lugar, el chico acariciaba su espalda con un brazo y volvía a sostenerlo por su trasero para que no se cayera. Hace demasiado tiempo que no tenía un buen polvo, y ese prometía mucha diversión. Pero antes de que pudiera tomar el valor, y las neuronas suficientes, para frenarlo y llevarlo a su cuarto, alguien los interrumpió.

-¿¿Pero qué mierda??- reconocería esa voz en cualquier lado, el insoportable y engreído Malfoy.

El Ravenclaw lo bajó y empujó, un poco, detrás suyo para enfrentarse a Draco, Harry se dejó hacer, estaba demasiado caliente como para cuestionar esas acciones.

-Amigo, te pedimos una disculpa si te incomodamos, ya nos vamos- Harry sonrió por la cortesía de su polvo, era bueno saber que no era uno de esos locos que gritan cuando los interrumpen.

-¿Qué pasa, Potty? ¿No puedes defenderte solo? Cuéntame, ¿es difícil ser el débil de la relación? ¿no ser más que un inservible sumiso? – Draco ignoró totalmente al Ravenclaw, quien apretó un poco más la cintura de Harry.

-Ándate a la mierda, Malfoy ¿No tienes a Greengrass para acosar?¿o ya te puso una orden de restricción? -sonrió burlón- Vámonos, tenemos algo que terminar- el otro chico le sonrió he inició un avance.

Harry oyó mascullar a Malfoy algo sobre que "ya iba a ver", pero poco le importó.

----Fin del flashback----

Harry no podía negarlo, había sido un muy buen polvo, per ahora, con todos sus sentidos despiertos, no se encontraba muy contento con que Draco lo haya visto.

No porque le diera vergüenza, poco le importaba eso, toda la escuela sabía que era gay, y tampoco tenía mucho pudor, pero no quería ser el blanco de las bromas del chico porque, a su pesar, tenía que aceptar que algunas fueron divertidas, otras fueron bastantes crueles, y no quería dirigir las bromas a los gryffindor's, cuando los slytherin's ya habían dejado un poco su rivalidad.

Con todos esos pensamientos entró en el gran comedor, fue a sentarse a su lugar y saludó a sus compañeros. Los profesores extrañamente no han llegado, pero importando poco su ausencia, comenzaron a comer. Al cabo de 5 minutos oyó una explosión y todos se giraron a ver algo sobre él, así que se volteó. Arriba de su cabeza, escrito con grandes letras doradas, decía: "Gryffindor tiene al mayor sumiso de todos..." el mensaje desapareció y cambió a otro, "Denle un aplauso a Harry Potter, alumnos, el arrastrado de la escuela" desapareció y volvió a aparecer el mensaje, así sucesivamente.

Harry no lo podía creer, poco le importaba que la gente supiera que era sumiso, pero que Malfoy lo pusiera como algo malo lo estaba enojando. Él tenía varios amigos que no quisieron decirle a nadie lo que en verdad les gustaba en el sexo por comentarios como estos, hasta que Harry les explicó que no era algo malo preferir que te dominen en la cama siendo hetero o querer recibir en vez de dar, ninguna de las dos cosas te hacía "menos hombre", y en el momento que vio a su compañero,  Neville Longbottom, bajar la cabeza, una furia roja quemó sus venas, se puso de pie, y Hermione, su casi hermana y mejor amiga, le agarró el brazo preguntándole con la mirada que iba a hacer.

-Voy a mostrarle lo fácil que este sumiso puede dominarlo- le dijo y caminó a la mesa de slytherin

Sus pasos eran largos y elegantes, se movía como un gato por el pequeño pasillo de estudiantes que lo veía, no estaba muy seguro de lo que iba a hacer, pero siempre había sido bueno provocando, y dejar a Draco Malfoy, dios heterosexual, príncipe de slytherin y eterno enamorado Astoria Greengrass , como gelatina por él sonaba como una idea estupenda.

Sumiso - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora