vi. broken hearts

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Megan hizo una mueca por los rastros de tostada que habían terminado en su rostro y nada discreta, se corrió un par de centímetros de él y siguió comiendo.

—Muy cansado. Solo quiero cenar e ir a dormir, ¿es mucho pedir? —inquirió con una ceja alzada, para después a su zumo de calabaza.

El pelirrojo sonrió por su respuesta y se volvió a acercar a ella, y a la vez Megan volvía a alejarse.

—La verdad sí —se burló y siguió comiendo de la tostada que tenía en su mano, pero al menos en esa ocasión no hablo con la boca llena—. Nosotros entrenamos hace rato y créeme que termine muy cansado, cené pero es como si la comida se hubiera ido por otro lugar y sigo teniendo hambre, ¿te ha pasado?

—Justamente ahorita eso me sucedió.

—¡Qué coincidencia! —exclamó con emoción, abrazándola por los hombros y acercándola a él—. Te digo que estamos destinados. ¿Smith fue muy duro con ustedes?

Y aunque en realidad se sentía muy cansada para platicar con alguien, sabía que por más que intentará alejarse de él en ese momento le sería imposible debido a lo insistente que era, así que comenzó a contarle un poco su entrenamiento, sin hablar de más y decir los ases que tenían debajo de la manga para el partido en contra de ellos. Porque conociéndolo, seguramente querría intentar tener otro beneficio de ella misma.

Días después, el partido no fue para nada lo que esperó. Éste fue corto, demasiado incluso que los Gryffindor no tuvieron que seguir soportando vergüenzas con la mal actuación que estaban teniendo. Ron había fallado demasiados tantos que perdió la cuenta desde la décima, Sloper no había logrado darle a la bludger y golpeó a Angelina en la boca con el bate, Kirke había montado un espectáculo en donde se puso a chillar y cayó de espaldas de su escoba y Smith salió zumbando hacía él con la quaffle. Ginny Weasley había logrado capturar la snitch (que había estado en las narices de Summerby) pero no tenían los suficientes puntos para ganar por lo que Hufflepuff se llevó la victoria por diez puntos.

¡Eran unos imbéciles!, pensó Megan cuando Madame Hooch sonó el silbato indicando que el partido había terminado. Habían estado entrenando demasiado para ese partido, y aunque ganaron, lo habían echado todo a perder. ¿Creen acaso que a Megan Jones le hacía sentir mejor ganar, aún cuando su equipo actuó como un inútil en conjunto? ¡Por supuesto que no! Por lo que cuando puso el suelo firme del campo tiró su escoba y salió furiosa de ahí.

Sentía que en cualquier momento estallaría y provocaría que todo se fuera a la mierda, lo sabía. A veces si actitud explosiva salía a la luz cuando en verdad la provocaban, y en un momento así lo único que quería era desaparecer. Cuando llegó a la carpa se quitó su uniforme y se metió a la dicha de chicas que había ahí, lamentándose de su horrible equipo.

—Meg, ¿estás ahí? —La voz de Wayne hizo aparición en el lugar. Aunque ella no respondió, el sonido que provocaba el agua cayendo al suelo le dio su respuesta—. Oye, vine antes de que tu príncipe rojo viniera a buscarte.

El apodo más reciente de Fred era «príncipe rojo», lo que le causaba demasiada gracia.

—Qué imbécil eres —se burló.

—Pero este imbécil es tu mejor amigo —le recordó con un tono demasiado burlista, provocando que ella rodara los ojos a pesar de que él no la veía—. Anda, sal de ahí. Vayamos a molestar a Kevin si eso te hace sentir mejor.

—Uy, mierda, ¿cómo supiste que eso quería hacer?

Escuchó la risa de su mejor amigo. Megan terminó de ducharse y se cambió rápidamente, saliendo y viéndolo ahí con su escoba (que había tirado y ni se preocupo en volver por ella) para después acercarse y darle un abrazo. Wayne nunca demostraba afecto con ella, pero sentía que lo necesitaba, así que le correspondió y enterró su cabeza en su pecho.

²   beya   ★   fred weasleyWhere stories live. Discover now