Capítulo 4. Mariposas.

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4. Mariposas:


Corrí hasta donde el estaba. Nuestros cuerpos estaban a un paso uno del otro, las miradas de complicidad no faltaban al igual que nuestras sonrisas. Pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer empezando a mojar completamente cada uno de nuestros cuerpos. Jake me acerco tomando una de mis manos y poniéndola detrás de su cuello, ahora estábamos más serca. Su agradable aroma a lavanda recorrió cada rincón de mis fosas nasales. Nuestras frentes se juntaron para más tarde juntarse también nuestros labios.

Los carnosos labios de Jake hacían el papel principal en este delicado pero reconfortante beso. ¿Nunca han tocado con las yemas de sus dedos a los pétalos de una rosa? Son suaves, así de suaves son los labios de Jake al toque con los míos. Mi otra mano se unió a la otra en el cuello del castaño, las de el se encontraban en mis caderas. Una corriente eléctrica tomó todo mi cuerpo en cuanto el profundizó más el beso, nuestras bocas haciendo un va y ven mientras que las dulces gotas de lluvia se mezclaban en nuestros labios sin duda es algo que nunca olvidare. 


Como mismo subí las escaleras como loca hace unos minutos ahora las estoy bajando. La emoción está en cada rincón de mi cuerpo «¡Acabo de besar a Jake!» Mi cuerpo descansa en la puerta principal de casa, mis pies flaquearon al recordar cada detalle de lo que acababa de suceder.

—¡Hey, estas toda ensopada!—Mamá se apareció en mi campo de visión.

—Eso es lo de menos.—Reí.

—Sabes perfectamente que no me gusta que te mojes en la lluvia, un resfrío en este tiempo no es apropiado para ti. Pasas muchos días en cama y...—Me miro con el ceño fruncido.—¡¿Lo besaste?!

—¿Soy tan obvia?

—Tu sonrisa de oreja a oreja y mejillas rojas te delatan pequeña.—Acaricio mi cabello mojado.—Tienes que traerlo un día acá, preparare la mejor cena del siglo.

Reí nuevamente.

—Madre no te adelantes, solo fue un beso aunque no me quejo de que solo fuera eso pero el no me a pedido ser su novia. Todo con calma. Ahora,—me levanté del piso—ire a darme una buena ducha.

Me marche al baño dando saltitos como siempre hacia en primaria cuando ganaba algún juego. Una vez Alicia fue a buscarme a mi escuela, ese día una de mis rodillas sufrió un rasguño en la clase de deporte. Lágrimas estaban por todo mi rostro, mi hermana al ver mi estado decidió ir por helado juntas. De vuelta a casa luego de beber aquel helado de sandía con mi hermana fuimos dando saltitos felices de vez en cuando por la calle hasta casa.

Saliendo del baño ya completamente seca exceptuando mi cabello, fui a mi habitación. Revise mi móvil; varias llamadas perdidas de Cristina y un mensaje de Jake estaban en mi pantalla de bloqueo.

Llame de vuelta a Cristina.

—Ho...—Fui interrumpida por mi pecosa amiga.

—¿Para que tienes un puto teléfono móvil si nunca lo traes encima cuando te llamo?—Prácticamente grito.

—Yo... Estaba dándome una ducha.

—Perdonada.—Puse los ojos en blanco.—Ire directo al chisme potente que se que es casi la hora de que la bebita cene.

Se que se refería a mi.

—¡Me están acosando!—Su voz dramática no se porque me da tantas ganas de reir. Acosando, acosadora, me recordó a Dylan. «El no debería estar en mis pensamientos más cuando fue el quien pateo ese balón de fútbol hoy e impacto en mi precioso rostro.»—Erick, el me esta acosando.

«Entre dos mundos» (Pausada)Where stories live. Discover now