"Nunca le haría daño"

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Cale había dividido a su equipo en binas para llevar a cabo un plan para detener los planes de su enemigo. Él habría querido llevarse a su pequeño dragón, Raon, pero la situación le decía que debía estar en otro lado. Sin embargo nadie se preocupó por él al saber que iría con su más fiel caballero, Choi Han.

Todos sabían lo leal que era y lo mucho que le preocupaba su señor. Nadie se esperaba que el mismo caballero terminaría dañando a Cale.

Tanto Cale como Choi Han fueron a un bosque en busca de la verdad sobre un supuesto poder antiguo de roca. Cale tenía la intención de tomarlo al igual que había hecho con los demás para evitar que su enemigo se volviera más fuerte.

Llegaron a una cueva que era en donde Choi Han había sentido un mana muy denso venir de ese lugar. Sin embargo, por primera vez no pudieron preveer lo que pasaría ahí.

Se trataba del hogar de un dragón, se dieron cuenta luego de atravesar un camuflaje dentro de la cueva a unos 20 metros de la entrada. El lugar tenía un estilo árabe, con el suelo lleno de alfombras, una mesa baja en donde los asientos consistían en almohadas, muchas almohadas.

Tan pronto como entraron al lugar, un hechizo de alto nivel que solo un dragón podría hacer, le cayó a la persona más sentimental de ahí. Ese hechizo te haría un imprudente sin miedo, haría que hicieras o dijeras las cosas más desvergonzados sin rastro de pena, y para superar el hechizo tu deseo más desvergonzado debería realizarse.

–Cale-nim, no me siento bien –Cale se preocupó al escuchar que alguien como Choi Han se había visto afectado por la magia que había ahí.

–Dime exactamente cuáles son los síntomas, trataremos con eso, eres fuerte así que resistirás –le trató de dar ánimos pero la respuesta del otro fue algo inesperado.

–Cale-nim, tengo muchas ganas de besarte –apenas dijo eso, se cubrió la boca de inmediato sin creer lo que acababa de decir.

Cale estaba aturdido. Creyó que había escuchado mal pero la reacción de Choi Han le decía que realmente había dicho eso. Cale se sintió raro, nunca había escuchado que alguien lo quisiera besar.

–Bien, creo que ésto es parte del hechizo aunque aún no sé en qué consiste, tal vez sea algo como "decir locuras" o volver loco a alguien –Cale trató de evitar los ojos de Choi Han mientras decía eso, estaba tratando de consolarlo pero se sentía apenado por alguna razón– no importa lo raro que sea, es cosa del hechizo así que dime todo, Choi Han.

Choi Han estaba caótico, su mente le estaba haciendo decir muchas cosas que en su sano juicio nunca habría dicho. Lo que más lo asustó no fue el hecho de que en realidad no se sintió apenado, sino porque sus nuevos pensamientos eran la verdad.

A Choi Han le gustaba Cale no sólo como parte de su familia, sino como pareja. Choi Han se había enamorado del pelirrojo hace mucho tiempo pero por la situación peligrosa, decidió que no era un buen momento para decir cómo se sentía, o mejor dicho, no tenía intención de decirle nunca. Después de todo, nada cambiaría su relación, él estaba seguro que Cale simplemente lo rechazaría y le diría que se olvide de esos sentimientos aunque también lo evitaría por un tiempo, de todos modos, Choi Han ya estaba decidido a pasar el resto de su vida junto a Cale, ya era su familia por lo que vio innecesario el confesarse.

—Cale-nim siempre me has atraído, eres demasiado hermoso en todos los sentidos, no quiero que otros te toquen, me siento posesivo sobre ti –aunque en el fondo estaba extremadamente avergonzado, su apariencia era la de alguien cuerdo que hablaba con toda la seriedad del mundo.

—En efecto, debe ser algo que afecta la cordura –Cale había tratado de sonar normal, pero su cara se había enrojecido– tal vez se pueda romper cuando te hagan ver la realidad o...

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