Capítulo 1

25.3K 2.1K 1.1K
                                    

Cuando sus ojos lograron encontrarse con los de aquella pelirroja, Harry sonrió mostrando su perfecta y blanquecina hilera de dientes. Ella enrolló un mechón de su cabello a lo largo de su dedo mientras cruzaba sus largas y blancas piernas. Las brujas rieron al notar el intercambio de miradas coquetas entre él y su amiga y empezaron a hacerle señas para que se acercara.

Estuvo dispuesto a hacerlo —joder que a eso había venido—, pero la mano de su amigo lo detuvo, sosteniendo su muñeca con insistencia pasiva.

El de pelo castaño alzó una ceja mientras lo miraba. Draco lo había convencido de ir a un pub no-muggle a las afueras de Londres, para pasar el rato, y Harry había aceptado de buena gana porque, aparte de querer pasar el tiempo con su mejor amigo, hace tiempo —dos días— que no echaba un buen polvo y estaba indispuesto a continuar así. Sus objetivos dejaron de ser objetivos cuando se dio cuenta que Draco también había invitado a su grupito. Blaise, Vincent y Gregory, para conversar cosas que a Harry no le interesaban. Así que dejó de ser la noche de amistad y ligues a ser sólo de ligues.

Y no fue difícil. Nunca lo era. Tan pronto como echó un vistazo al lugar encontró a esa chica clavándole el ojo. Su oportunidad de bajar el libido con una buena follada estaba a unos metros y no podía ir a reclamarla porque Draco lo tenía retenido como un animal con correa.

—En serio, ¿qué? —preguntó confundido.

Draco frunció el ceño y apuntó con los ojos a la pelirroja que seguía con los ojos puestos en Harry.

—Sí, voy a follar, ¿y qué? —alzó la barbilla desvergonzado. El rubio rodó los ojos y lo soltó, pero Harry siguió parado en su lugar exigiendo el por qué de sus señas.

—No creo que debas seguir con esto, Harry. Tienes ya casi veintidós años, ¿por qué sigues desperdiciando el tiempo en vez de sentar cabeza?

La lógica de Draco no le causó ni la más mínima impresión a Harry. Su amigo estaba últimamente pensando en relaciones y compromiso. Además, parecía particularmente interesado en que Harry madurara y dejara de tontear con cada fémina que se le atravesara. Y esto para Harry era completamente estúpido porque él no se veía aún en condición emocional ni mental para buscar formalizarse algo con alguien.

—¿Por qué sigues con eso? No te veo a ti con novio o esposo —se cruzó de brazos. Draco bufó y apoyó un codo en la barra.

—Sabes que no es igual. Mis probabilidades de formalizarme con alguien son mucho menores que las tuyas, que te la pasas de cama en cama —ante la acusación Harry no dijo nada—. Mira, ¿por qué no le pides una cita a esa chica? Y- espera, déjame terminar. Hablo de una cita formal, una cena, ir a caminar. Algo que no incluya acostarte con ella apenas abras la boca para saludarla.

Harry soltó una risita incómoda, sí claro.

—Eso es absurdo. Ella no me gusta, ninguna de las chicas con las que me acuesto me han gustado más allá del físico.

El rubio rodó los ojos.

—Porque nunca te has permitido conocerlas bien. Esa chica puede ser fan del Quidditch, cocinera con experiencia y tener una risa ridículamente contagiosa pero tú nunca lo sabrás porque solo la buscaste para follar —Harry le dio un codazo junto a una sonrisa. Draco también sonrió—. Vamos, Harry. Inténtalo.

—Joder, Draco. No lo sé. Nunca tuve una cita... —dijo inseguro, mirando como la bruja comenzaba a aburrirse de esperarlo.

Draco resopló.

—Cierto. Pero yo puedo ayudarte con eso, una de nuestras lecciones rápidas. Busca preguntarle sus intereses. Escúchale hablar lo más que a ella le dé la lengua y- ¡Oh, no pongas es cara que no lo decía en el sentido morboso!

EstrechezWhere stories live. Discover now