« Ocho » [Editado]

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Shōto había tomado el turno de la tarde, como reemplazo de un héroe novato que resultó herido durante una persecución, llegando a casa con la tristeza de no haber logrado coincidir unos minutos con su esposo, al menos para despedirse, sintiéndose en la necesidad de mandarle un mensaje de texto sobre cómo le fue, antes de tener que seguir con las tareas que le tocaban esta vez, limpiando y ordenando el desastre que el peliverde dejó a su paso durante la semana (aunque no dirá nada, pues, además de gustarle y ser algo característico, también ha adquirido el mismo hábito), lanzándose sobre la cama a las once en punto, agotado; quiere esperar a Izuku despierto, lo intenta, pero abraza la almohada que tiene su olor, y, en cuestión de segundos, pierde la consciencia.

Parpadea, exhausto, aún con la neblina del sueño a punto de volver a llevarlo, pero es distraído cuando siente la presión húmeda en su cuello, soltando un gemido fuerte y ronco, por la sensibilidad de acabar de despertar, teniendo los ojos llorosos cuando se volteó, con pereza, a ver al mayor sobre él, quien porta unos ojos depredadores, y aumenta la intensidad en sus besos, chupones y lamidas, sin importarle si está despierto o no, cosa que le hace sonreír con dulzura.

—(“Es tan caliente...”)

Pero tiene sueño...
Pero quiere hacerlo...

—I-Izu- Izuku—

Su lengua se siente pesada, luchando por hablar, pero, como siempre, es más que suficiente para conseguir la atención que quiere; el esmeralda espera, pero no logra resisitir, regresando a lo que estaba, motivo por el cual tiró un poco la camisa de Shōto, accediendo a sus hombros, a la par que se escuchó la tela desgarrada.

Se estremeció, no es necesario que le recuerden lo fuerte que es Izuku, porque lo sabe y ha tenido el placer de verlo  ̶e̶x̶p̶e̶r̶i̶m̶e̶n̶t̶a̶r̶l̶o̶  en primera persona, pero jamás se quejará ante esas demostraciones accidentales que deleitan sus deseos y pensamientos más profundos, jadeando por la oleada de excitación.

Si tan sólo pudiese obligarse a abrir los ojos y moverse correctamente...

Está seguro de que también estaría actuando igual de salvaje, e intenta explicar el por qué no reacciona con normalidad, llamando nuevamente su nombre, y obtiene un gruñido que da a entender que lo está escuchando, a pesar de no detenerse.

—¡Hm~! No puedo, estoy- ¡Ahh~! cansado— bostezó entre jadeos automáticos.
—Pero- ¡Ah! Puedes tomarme

Con esa frase, usa lo último que le queda de fuerzas para impulsarse y darse la vuelta boca arriba, extendiendo las piernas y brazos en una posición de estrella de mar, teniendo una tonta pero sincera sonrisa a causa de la emoción y confusión que lo dominan a partes iguales, logrando que eso detenga momentáneamente la brusquedad de los toques, reemplazándose por una encantadora risa llena de amor.

No pude tener mejor suerte...”

̶¿̶D̶e̶ ̶q̶u̶i̶é̶n̶ ̶e̶s̶ ̶e̶s̶e̶ ̶p̶e̶n̶s̶a̶m̶i̶e̶n̶t̶o̶?̶
̶¿̶S̶i̶ ̶q̶u̶i̶e̶r̶a̶ ̶i̶m̶p̶o̶r̶t̶a̶?̶

Acaricia su rostro, en la zona de su cicatriz, apartando el cabello y besándolo de forma insaciable, ganándose más sonrisas bobas, risas suaves y gemidos sin filtro, gracias a sus manos, que ya se encargaron de bajar la ropa interior ajena, dando un beso rápido, antes de doblarlo a la mitad, lo cual es demasiado sencillo, similar a una muñeca de trapo, por lo fácil que es posicionarlo a su antojo.

—Tan bueno para mí—

Murmuró un elogio, mordiendo el lóbulo.

El heterocromático da lo máximo que puede para no hacer que su pareja haga tanto esfuerzo en manipularlo, moviéndose para él, pero, francamente, sigue atascado en la cómoda oscuridad tras sus párpados, y lo único que sale de él son sonidos lascivos que salen sin siquiera pensarlo, sintiéndose como una muñeca con caja de voz, con el único propósito de ser usado y llenado, clamando siempre por Midoriya Izuku.

Y eso está bien, sólo si es por él.

8.- Cuerpo.

«Sex Time»Where stories live. Discover now