¡Lo sabía! Sabía que solo era él a quien su corazón quería.

─Lo siento Hanbin, lo siento, pero no eres tú a quien yo quiero. Solamente lo quiero a él sólo a él, lo siento, ya no me busques por favor, aléjate de mí, ¡Vete!.

─Jimin de que estás hablando, yo te amo carajo te amo.

─Lo siento, pero yo no. Tal vez lo nuestro hubiera funcionado si me hubieras dicho que me amabas antes, pero mi corazón ahora le pertenece a Jungkook. Él es la persona que amo y no quiero fallarle, lo siento mucho.

Se aleja de él retrocediendo unos pasos atrás, el castaño lo mira con su rostro lleno de lágrimas.

─Jimin...

─Adiós Hanbin, no me busques más.

Se dio la vuelta rápidamente para correr e ir a la mansión. Hanbin quería correr hacia él, pero simplemente le dejó ir. Tocó sus labios, pero estaba seguro de que no se iría hasta saber la verdad.

Cuando el rubio llegó a la mansión, los guardias lo dejaron entrar, entró y noto que no había ni un alma rondando por la casa, las luces estaban apagadas, así que subió las escaleras para ir a su habitación.

Abrió la puerta adentrándo se para poder cambiar su ropa e ir a la habitación del pelinegro. Había tomado su decisión, pero también depende de lo que él le dijera.

Si él se lo pide, solo si él se lo pide.

Se cambió colocando su pijama suspiro pesado y salió de habitación para ir a la del pelinegro. Estaba nervioso, quería confesarle que lo quería demasiado, quería decirle que sus besos no eran comparados con nada y nadie.

¿Estaba seguro de su decisión? ¡Si! Su mente le respondió, oír la historia de Ester fue su punto clave y Hanbin fue su respuesta y decisión.

Tocó en la gran puerta de la habitación del pelinegro, escucho un pase de su voz ronca. Abrió la puerta con cuidado mirando que no había nadie en el cuarto, pero cuando puso un pie adentro, fue alzado para ser tumbado en la gran cama del mayor.

Se subió sobre el cuerpo del menor y este lo miraba demasiado sorprendido, no lo aplastaba, más bien era como si lo abrazara pasa no dejarlo ir.

─Jungkoo...

─Tengo 26 años, nací el 1 de septiembre del 1994, me gusta el color negro desde siempre, prefiero la ópera que la música de hoy en día, amo el vino, soy alérgico a los gatos ─acaricio su cintura, mirando su rostro, mirando ese color carmesí que le encantaba ver en sus mofletes─ Amo la pasta, crecí y nací en Italia Florencia, mis padres murieron cuando tenía 7 años, mi vida a partir de ahí fue un infierno. Puedo contarte más, pero quiero que sepas lo principal, lo que tú querías saber de mí.

Le dice mirando esos ojos negros que tenían loco al rubio, no sabía el porqué su reacción, el porqué le decía todas estas cosas. Acaricio su mejilla con cariño mientras observaba ese brillo en sus ojos que hasta parecía que le decían que no se fuera de su lado, como si tuviera miedo de perderlo.

Y así era.

─No quiero que te vayas de mi lado Park, no quiero que te alejes. Siento haber sido un maldito idiota contigo nene. No haber visto tus buenas intenciones conmigo cuando las tuviste, lo siento Jimin, lo siento tanto.

Abrazo su cuerpo oliendo ese rico aroma a jazmín que desprendía de su cuerpo pequeño, no quería dejarlo ir nunca y el rubio tampoco.

Entendía que le contaba todo esto por la cita que él le organizó, se estaba disculpando con él y suplicaba que no lo dejara. Abrazó su cuerpo, permitiendo sé llorar con todo estos sentimientos que estaba dejando salir a flote.

𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 🍷𝗸.𝗺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora