Estas a mi disposicion

47 1 3
                                    

 Miro por la ventana como los edificios se alzan hasta el cielo, como las personas viven sus vidas despreocupados y corriendo de un lado a otro a veces me toca ver familias felices, vendedores ambulantes de comida y personas paseando a sus mascota...

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

Miro por la ventana como los edificios se alzan hasta el cielo, como las personas viven sus vidas despreocupados y corriendo de un lado a otro a veces me toca ver familias felices, vendedores ambulantes de comida y personas paseando a sus mascotas por la acera. Mientras escucho ruido a mis espaldas contemplo la gran manzana desde la ventana mientras entreabro las persianas blancas —hace un bonito día Isabelle los doctores dicen que puedes ir a casa—ley doy la espalda a la vista espectacular de Nueva York y me siento en el sofá de visitas—te ansío en casa, extrañe tu compañía nena me haces tanta falta todo está tan callado—le miro esos ojos almendrados que me vuelven loco cada vez que los veo no tarda en desviar la mirada y decirme que me retire de la habitación en un hilo de voz se que me regresará la mirada mi mirada es el oxigeno para ella no puede vivir sin verme, no se da cuenta del efecto que causo en ella, no se da cuenta de lo mucho que me necesita me canso de esperar pacientemente a que me mire nuevamente, me acerque a ella me acerco a su cuerpo lentamente tomo su cara forzadamente casi parece que le arranco la cabeza—dije que me mirarás perra—cerré mis puños y y los imprimí en su delicada piel y tan suave le veo escupir y esparcir sangre en toda la sabana del hospital siento el débil y dulce tacto de ella entre mis entrepiernas y sube hasta la cinturilla de mi camiseta escucho como su cuerpo pide a gritos mi cuerpo arriba de ella, ensamblándome a la perfección en ella —se que lo deseas tanto como yo Isabelle—con movimientos hábiles le arrancó su ropa de hospital y quito la ropa de la camilla que me estorba para llegar a ella tomo sus piernas desde los tobillos y los abro en diferentes extremos—eres perfecta muy perfecta—mi voz se vuelve grave la veo luchar contra mi algo que es patético y no vale la pena ya que se que esto es lo que desea, desea que la haga mi muchas veces pelea conmigo—quédate quieta no te resistas, estas a mi disposición—tomo sus brazos y los llevo hasta arriba de su cabeza mientras subo delicadamente arriba de ella haciendo entrar directamente mi pene en su vagina al ver que entra perfectamente en ella me muevo bruscamente mientras mordisqueo muy despacio sus redondos y enormes pechos que ansían mucho mi boca en ellos escuchar sus sollozos hace que mi ira explote y haga algo que ninguno de los dos queremos que pase.

La dejo inconsciente mientras la sedó con alguna jeringa que alguien dejó en la habitación al fin ya no hay interrupciones y ella no lucha contra mi, vuelvo los movimientos más duros y rápidos cada vez siento como su cueste mueve al compás que yo indico, le llevo el ritmo con mi cuerpo y al final ambos terminamos sudorosos—buen trabajo, lamentablemente tuve que ponerte a dormir así que no lo disfrutaste tanto como yo—para terminar depósito mis dedos en ella para manejarlos hasta llegar al clímax y luego succionó seductoramente aquel liquido transparente que me indica lo excitada que está termino de cambiarme e irrumpo su sueño reparador tomo su cabello y lo peino al costado de sus orejas sobo sus pómulos suaves y pequeños apenas perceptibles le doy una vez más atención a sus enormes y parados pechos y juego con ellos un poco.

Firmó los papeles para el alta y se pueda ir a casa frente a la estación de enfermeras las cuales no son nada discretas al coquetear conmigo, se me abalanzan a mi sin pudor y dejan ver lo desesperada que están—hoy no señoritas puede ser en otra ocasión—dejo la tablilla con el papeleo en el pulcro escritorio mientras desvío la mirada en muchos pechos que saltan de sus brassieres, veo de diferentes tamaños y colores obviamente las enfermeras no esconden esas joyas de mi vista y tampoco se molestan en reñirme por eso mientras aprovecho a tomar selfies de sus tesoros femeninos que esconden en esas faldas de tubo largas —no duden en llamarme señoritas—les coqueteo y guiño el ojo las escucho suspirar por mi mientras ríen como colegialas y me voy de ahí dándoles la espalda dejándolas deseosas por mi y mi atención.

La recuesto sutilmente en nuestra cama king size con las sábanas rojas de seda mientras las almohadas son suaves con material de bamboo la arropó suavemente y besó su frente mientras cierro las cortinas dejando la habitación sumida en la oscuridad y me voy de la habitación, cierro la puerta atrás de mi mientras voy a la cocina por unas hogazas de pan y vasos de agua al tener todo eso en mis manos voy a la sala me agacho un poco para estar abajo de la televisión plana abro las compuertas del mismo color de la pared haciendo que aparezcan siluetas femeninas recostadas y apretujadas—hola chicas papá vino a traerles comida—dejo las cosas en el suelo y me adentro con ellas, el lugar es pequeño y un poco apretado no hay mucho espacio para moverse—algo especial para mi mujer especial—canturreo mientras dejo pescado a las berzas y agua embotellada frente a su vista— necesitas comida de verdad para mi progenitor que llevas dentro de ti hermanita—saco el cepillo de cabello que usa Isabelle y cepillo el cabello sedoso de ella—seremos una gran familia ya lo veraz, cuidare bien de nuestro bebé— al terminar destapó su notorio vientre abultado y depositó un pequeño y casto beso, ella me mira con recelo en sus ojos y me escupe a la cara—nunca seremos tuyos enfermo— tiro de su cabello hacia atrás estallando en cólera—hermana, hermana tanto tiempo y aún no sabes callarte—la tiro al piso fuertemente pero sin hacer daño a la vida que lleva dentro—¿veamos como te lastimo hoy?—mientras pienso la subo al colchón inflable y violo varias veces al igual que humillo su cuerpo.

Al salir de adentro voy al cuarto de baño a ducharme, dejo que el agua recorra mi cuerpo y como un ninja con gran reflejos pegó el cuerpo de Isabelle a la pared de la regadera y la estranguló poco a poco mientras escucho como algo de metal cae al suelo de la ducha me fijo sin dejar de retenerla con mi cuerpo—¿una navaja  para afeitar? ¿De veras?—levanto su cuerpo chaparro y la aviento hasta el otro extremo del cuarto de baño— desearas no hacer eso—tomo la navaja para afeitar en mi mano mientras voy por ella a paso decidido al llegar llega a mi corriendo y siento algo frió atravesando mis entrañas mientras poco a poco caigo con gran estrépito al piso sonríe de lado— ahora quien está en el suelo—dice dulcemente con su voz cantarina me levanto como puede y me lleva al suelo con un golpe en el esternón abre grande los ojos al ver sus manos manchadas de sangre y tira el fragmento de vidrio luego camina para atrás asustada yo aprovecho esa oportunidad—no te saldrás con la tuya Isabelle—tomo la navaja para afeitar y la entierro en una de sus piernas la veo verme sorprendido mientras le veo el pánico en su rostro—buena pelea nena pero escogiste al hombre equivocado—la noqueo fuertemente dándole un cabezazo y procreó una vida con su cuerpo inconsciente que está a mi disposición total

Hasta que los golpes nos separenWo Geschichten leben. Entdecke jetzt