Capítulo dos

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Observo con cuidado el diario de mi padre, uno que guardaba con recelo cada vez que alguno de nosotros preguntaba por el contenido de este. No me animaba a leerlo. Era de cierta forma cobarde al no poder abrir por lo menos dicho diario y ver alguna hoja, podía ver como este diario había sido algún tesoro para mi padre.

Tantas hojas en un diario que ya no las soporta del todo, pareciera que explotara si agregan más hojas.

Tome mi rostro con mi mano mientras sentía el dulce sabor de cada uva que comía, mire por un momento a Amirah que sostenía a su pequeño bajo el gran árbol de la familia. Llevaba tiempo en el que no había salido de mi habitación y podría decir que el día era más lindo de lo usual.

Mi vista volvió al pequeño de la casa y sonreí con amargura. Nunca podre tener un hijo. Es triste saber que tengo una vida contada, una vida con fecha de expiración cercana y que no hay nada en mis manos para poder ampliar esa fecha de muerte.

Suspire con pesar sacudiendo mi mano y tomando con fuerza el diario. ¿y si había una respuesta? ¿Algo que nadie sabe de mi especie?, cerré mis ojos por un momento jugando con la cinta elástica que mantenía cerrado el diario.

El viento caló en mi piel por lo que baje mi rostro, ¿que era bueno?, mordí mi labio sabiendo que solo esa pequeña mordida inofensiva sacaría sangre. Debería ser más valiente de lo que soy. Lamí mis labios sintiendo la sangre metálica que comenzaba a surcar de mis labios, quite el elástico y el viento ayudo a mí poca valentía abriendo el libro con facilidad y moviendo las hojas a su gusto.

Todo se detuvo, parecía que en ese momento mi padre quería que viera algo. Las hojas se detuvieron y el viento se volvió más ligero. En el comienzo de la hoja estaba escrito "morirá a los 21 años" aquellas palabras helaron mi piel.

Con la mirada cristalizada miré aún más y leí "no existe cura, no hay nada, ninguna esperanza" Apreté mis labios y me puse de pie de mi silla, suspire con pesadez y logre sentir a Amirah aproximarse, no quería ser vista así, más cuando he descubierto que moriré en 12 meses.

— ¿Todo bien? —. Poso su mano en mi brazo.

— ¿No? —.

— ¿Por qué lo dudas? ¿Algo sucedió? —su mirada bajo— Oh... fue eso —. Sus ojos morados estaban puestos en el diario, ella miró un poco y logro leer lo poco que yo había leído.

— Moriré en 12 meses o menos —.

— No, no sucederá —. Negó de forma sutil.

— No hay cura, ahí mismo lo dice —. Señale aquel párrafo.

— También dice algo más, ¿por qué no lo lees completo? —.

Confundida tomé el diario entre mis manos y soportando mis lágrimas seguí mi lectura, "¿podría encontrar otra opción? La sangre de un alfa puro debe tomar, pero esta es difícil de conseguir y en el mundo solo hay un alfa puro que no tiene pareja. Y este es difícil de encontrar, no hay fotos o rastro de él. Aun así, él gobierna de alguna forma nuestro país".

— ¿Es cierto eso? —. Alcé mi mirada hacia Amirah que sonreía de forma dulce como siempre.

— Ahí hay una solución, puede ser que tu padre se rindiera por no saber como encontrarlo. La única solución es esa, tomar sangre de un alfa puro, y el único del que hay rastro parece ocultarse para mantener su privacidad —. Dijo con esperanza en sus palabras.

— ¿Por? —.

— Un hombre así es buscado por todo el mundo, los linajes de alfas puros son perfectos. Tenemos un ejemplo de tu padre, siendo uno tuvo muchos pretendientes y peligraba tu madre al estar con él. Ya que si no lo tiene quien quería, nadie más puede tenerlo. Algunos prefieren ocultarse, Vincent siempre se oculta, tu padre siempre decía que aunque fuera puro, su hijo no salió con su sangre. Esa siempre fue una mentira —.

— ¿Y como sabemos quién es un alfa puro? —. Pregunté desanimada.

— Existe el mito de que los Alfas puros portan unos ojos rojos como el color de la sangre, tu padre los tenía, por lo que podemos asegurar que la mayoría de ese gen pueden portarlos —.

— ¿Y la minoría? Vincent es parte de la minoría, es claro que mi padre se rindió por algo. Solo me quedan meses, siendo que mi padre tuvo años y nunca encontró rastro —.

— Nuestro gobernante se retiró hace mucho, es cierto que no se supo quién era, pero se escuchó que él tuvo un hijo. Se llegó a murmurar que dicho niño portaba los ojos rojos de un sangre pura —bajo su mirada—. Puede que tenga la misma edad que Vincent en este momento. Ya tenemos algo, ¿no? —.

Cerré el diario había sido suficiente para mí y me sentía algo cansada por toda la información que absorbí, para mí era demasiado con saber cuanto me falta para morir, mi tiempo era corto como pensaba. Nada tenía solución, eso era demasiado obvio.

Entre a la casa después de que Amirah me dijera que comenzaría a llover de nuevo, mire la puerta de la entrada principal, llevaba sin ver a mi hermano desde hace 4 días. Me sentía mal por no despedirme de él, comprendía los pensamientos que mi hermano tenía sobre mi caso, pero prefería quedarme así y esperar mi muerte.

Parecía que serían los últimos 12 meses de mi vida y aunque quería que fueran cómodos, también quería experimentar por lo menos 1 año de las experiencias que nunca tendré, guarde silencio cuando Amirah vino hacia mí con un algodón en sus manos. 

Debía de curar la herida de mi labio, era doloroso, pero no me quejaba. Suspire, mirando como la lluvia comenzaba a cobrar vida, parecía que hoy no habría vida en las calles. Eso me ponía triste por el hecho que en la noche miraba como las luces iluminaban entre la oscuridad.

A veces quería ser como aquellos chicos que veía pasar en sus coches yendo hacia la zona urbanizada del pueblo y disfrutar, aun con 20 años, yo al menos quería pasar un momento y sentir por una vez en mi vida lo que posiblemente no vuelva a experimentar.

— Comes lo que deje en el refrigerador y te duermes. Me iré con mi niño a casa de mis padres para ayudarles con las goteras antes de que la lluvia sea más fuerte —. Comentó preocupada.

Asentí con lentitud, Amirah se despidió tomando la pañalera en una de sus manos y a su bebe en otra. Estaba segura de que no llegaría en la noche, ya que al llover las calles se cierran. Era la primera vez que me quedaba sola en toda mi vida, observe la casa de manera ansiosa. de alguna forma me sentía tan solitaria que eso me gustaba, era algo nuevo y me encantaba.

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Bye, gente.

Mi cereza 🍒Where stories live. Discover now