Capítulo 1

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Capítulo 1. Demonio y Diablo

Era una mañana de 3 de Octubre, el viento soplaba frío. Llevaba una bufanda negra entre los pisos ligeramente agrietados por los constantes golpeteos de las olas en la costa. Miró hacia el inmenso mar, y se sintió diminuto al verlo, suspiró agotado, no por el trabajo de la madrugada, simplemente que llevaba días desean y soñando cosas imposibles en su vida.

Jamás necesito de nada, de nadie, mucho menos de compasión o cariño; pero desde que lo conoció su mente y cuerpo lo habían traicionado en ello.

Llegó la persona que esperaba, bastante enojado, sus manos en sus bolsillos y un tambalear en su caminar que juraba lo hacía ver más rudo — Terminaste — fue lo que expresó con su voz suave y mirada helida

— Nakahara-san, ¿puedo preguntarle algo?

— no hasta que respondas la mía

— si, termine

Sus ojos se cerraron y suspiró elevando su cabeza, quizá así el cielo le daría esperanza que jamás llegaba

— Aún quiero salir con él

— te lo dije, es complicado. Mírame a mi, aprende de mis errores.

Akutagawa lleno sus pulmones de aire una vez más y lo dejó salir agobiado.

— oh — fue una voz sorpresiva y burlona — ya están aquí los dos

— El señor impuntual decidió acompañarnos

— Chuuya-san, Akutagawa, buenos días — les saludó el pequeño detrás del castaño — lamentamos mucho hacerlos levantar a tan temprana hora

Akutagawa solo podía concentrarse en los hoyuelos del menor al hablar y ese peculiar brillo en sus ojos.

— No quieras defender a Dazai por su impuntualidad

— Ya, ya, Atsushi-kun solo quería ser amable. Chuuya eres un gruñón

— No es verdad

— Lo es

— Que no

Su discusión se extendió dejando a los menores de lado, Atsushi con un ímpetu de confianza se acercó al mayor para ahorrar espacio. — Akutagawa, ¿cuanto tiempo durarán hoy?

— Probablemente dos horas

El más joven suspiró agobiado — No importa que tan temprano nos reunamos, siempre será igual — Se quejó ante la situación.

Como dicho, hecho. Atsushi y Akutagawa esperaron dos horas hasta que finalizaran de discutir los mayores, avanzando la mañana, el estómago del menor hizo un pequeño berrinche haciendo al azabache suspirar, metió su mano en su fiel abrigo y sacó una bola de arroz, no lo miró, mucho menos habló. Atsushi miró su gesto y sonrió tomando la bola de arroz — Gracias.

— Es lo mismo siempre

Si, siempre era lo mismo y por eso le tenia feliz poder tener un pequeño detalle con el menor.

Se sonrojó ligeramente y fingió toser solo para ver al menor comer alegre el arroz que le preparo. Tenía una sensación de alivio mirándolo comer.

Un rato después, el gran y renombrado Double Black por fin dejaron de discutir y miraron a los menores, estos se hallaban sentados en el pavimento esperando — ¿A que veníamos? — pregunto Dazai confundido

— Maldición, estupido engendró, venimos a cumplir el acuerdo de la agencia y la Port mafia.

— cierto, practicar técnicas de batalla a duo — le sonrió a los menores — bien, vamos a desayunar primero.

— Nada de desayuno maldicion — se quejó Chuuya

Aunque raro y algo pretencioso, Dazai sonrió cuando una puerta apareció en medio de la nada — ¡Montgomery-San! — le anunció Atsushi alegre.

La pelirroja salía de la puerta con unas cajas, Atsushi le ayudaba — Dazai-san me mando un mensaje hace un rato. Dijo que trajera comida

— Montgomery-San, gracias por venir

Enseñó una caja electrónica— también traje la terminal

— claro, claro

Dazai había buscado en su bolsillo y puso la tarjeta, la clave. Atsushi le miró sorprendido de ello

— Con esto mi cuenta queda saldada, ¿verdad?

— Si, gracias Dazai-san.

— Gracias a ti Montgomery-san — le sonrió el albino

La pelirroja se había sonrojado y volvió a la puerta. Dazai les sonrió a todos. — bien, a desayunar

Akutagawa y Atsushi extendían un mantel allí mismo mientras Chuuya recibió un mensaje. Era de su banco físico, miró el mensaje y apenas abriéndolo Dazai le sonrió

— Osamu DAZAI — Grito con gran furia

— Oh cierto — Lanzó la tarjeta a Chuuya y este simplemente fue tras el castaño.

Mientras ambos peleaban, los menores decidieron comer, era perfecto. Hot cake, fruta, un vino claro, diferentes mermeladas y condimentos para los hot cake.

Atsushi había tomado un paquete de hot cake y me añadía frutos, fue cuando vio unos higos y los acercó al azabache — ¿Qu-Que?

— Es que la última vez te comiste todos los higos

tomó el plato con higos y los puso sobre sus hot cake. Agradecía que el pequeño tigre estaba concentrado en comer y no verlo, su rostro estaba rojo solo de pensarlo

Llevemos la verdad a la lectura, Akutagawa estaba con su crush, Atsushi, en una situación de cita.

Todavía no había podido decir ni "pío" sobre su futura relación, temía del género, de la sociedad pero sobre todo de sus vocaciones. Su vida estuvo dictada en malos tratos, traumas y un pésimo entrenamiento pero el confiaba en ser grande. Quería confiar en ser aún más grande y protegerlo, a él, a su hermana, a sus seres queridos. Por ello quería vivir, vivir y callar ese fuerte sentimiento que tenía.

Al final lograron entrenar los cuatro juntos, y como cada semana que se reunían, el albino y el castaño se iban juntos.

Su ahora jefe y también amigo dejó su mano en su hombro — ¿Disfrutaste tu desayuno con tu crush? Dazai hizo eso apropósito, lo odio, pero te apoya

— Gracias Nakahara-san, pero... me siento inseguro

— Como quieras, solo no te petrifiques viéndolo

— Si

El de baja estatura se retiró, Akutagawa por su parte miró el mar — Tan lleno de esperanza y sosiego, buscaba un socorro y encontré ternura. — metió sus manos a sus bolsillos y dio media vuelta.

Sobre las aún apagadas altas luces de la calle, una silueta le miraba, sonriente y ojos filosos. — te encontré.


















... Diablo.

༄ Continuará

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SUCU-mbiendo al amor || Shin SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora