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El esperado día por fin había llegado. Así como quedaron el día de su cita Jisung recogió a Minho en su casa.

—Wow, te ves genial —dijo Jisung con sinceridad, al ver a su novio caminar hacia él vistiendo un atractivo esmoquin.

—Tú tampoco te ves mal. Te quedó bien el traje a pesar de que esté mal puesto —comentó, situándose al frente de Jisung para arreglarle la corbata.

—Creo que nunca aprenderé a colocarlarla bien. Este tipo de trajes no es para nada mi estilo —dijo, con una expresión de desagrado en su rostro.

—Si no hubieses estado concentrado en observar otra cosa de seguro encontrabas algo mejor.

—No es mi culpa tener buenos ojos para lo que es hermoso. Además, las cosas bellas de la vida se hicieron para apreciarlas.

—Como digas —expresó entre risas—. Ahora vámonos que llegaremos tarde.

—Como usted diga, su majestad. —Hizo una reverencia para luego abrir la puerta de su auto para que Minho entrara. Este le miró con cara de «¿es en serio?» Jisung simplemente sonrió.

Cuando ambos estuvieron en el auto con el cinturón de seguridad bien puestos Jisung empezó a conducir.

—Ahora que te conozco un poco mejor me ha surgido una pregunta —expresó Minho de repente.

—Te escucho —respondió con la vista al frente.

—¿Simpre eres así de descarado?

—Sí.

—¿Por qué?

—Porque decidí ser así.

—Quieres decir que solo conozco la fachada que has creado.

—No. No es una fachada, es la forma en la que decido ser.

—¿Tienes motivos? —insistió Minho.

—Sí, pero no.

—No comprendo.

—No busquemos más explicaciones. Simplemente me gusta ser así.

—Y ¿eres así de descarado con las mujeres también?

—Lo fui hasta que mi mejor amiga, Lee Chan Ling, me mostró cuán desagradable es.

—Eso quiere decir que también te gustan las féminas.

—Por supuesto, las mujeres son posiblemente las criaturas más hermosas que existen en la tierra. Amo su delicadeza y también su fortaleza, así como lo simples y complicadas que llegan a ser. Ellas son simplemente maravillosas —expresó Jisung, suspirando.

—A mí no me gustan las chicas —confesó ecuánime—, pero también las respeto y admiro, especialmente a mi madre, quien, como te conté antes, tuvo que criarme sola luego de separarse de mi padre.

—Las mujeres son increíblemente fuertes.

—Sí. Quisiera tener su fortaleza.

—La tienes. Solo hay que ver tus piernas bien tonificadas y fuertes para darse cuenta. Tu trasero se ve muy fuerte también. A mi parecer estás perfecto como eres —habló Jisung con diversión.

—Serás tonto. —Rio—. Entonces, si te gustan tanto las chicas ¿por que te gustan los chicos también?

—Porque me gustas.

—¿Solo eso?

—Sí, solo eso.

—Estaba esperando un discurso como el que acabas de dar sobre las mujeres.

Impudent BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora