—Fushiguro es un idiota. —habló a tu espalda. Giraste en tu propio eje.

—¿Qué?

Se sorprendió al notar que lo escuchaste. —Oh. Umh.

—¿Por qué dices que Fushiguro es un idiota?— cuestionaste con el ceño fruncido. Él se removió en su lugar.

—Es un idiota porque te dejó, Akiyama-san. Lo que muchos darían por estar contigo... y él simplemente lo desperdició.

—No. Las cosas entre él y yo no fueron así. No hables si no sabes bien lo que ocurre, Yuko-kun. —regañaste. El ponche se sacudía en el vaso mientras hablabas.

—Pero, Akiyama-san, perdiste todo tu brillo estas últimas semanas. ¿Crees que nadie lo notó? Todos asumimos que fue porque te dejó.

Te dejó, pero no a la vez.

Te dejó en la escuela, sola. Sin embargo, ambos dejaron la relación. La palabra 'dejar' puede ser utilizada de diferentes maneras en sus circunstancias.

—Las cosas no ocurrieron como tú u otros creen. El final de mi relación con Fushiguro es un tema entre él y yo. Así que por favor, no lo llames cosas que no es. —finalizaste. Te sentiste tranquila al dejar eso claro.

Escuchaste que el plástico del vaso que cargabas rechinó. Puesto que, al enfrentarte a Yuko sobre Megumi, comenzaste a apretar el recipiente por el enojo. El sonido salió cuando relajaste tu agarre.

—Lo- Lo lamento, Katsuki-san. —bajó su cabeza en modo de reverencia.

No sabías que él y tú ya estaban en las bases de primer nombre.

Aún así, te desagradó.

—Akiyama-san. —corregiste.

No es que el chico sea malo, ni nada. No obstante, el que no sea Megumi quien lo pronuncia lo hace lastimoso.

Asintió débilmente, aún en la reverencia. —Akiyama-san. —repitió.

—Mhm.

Te limitaste a tararear como respuesta. Reacomodaste lo que sostenías, y fuiste de vuelta a tu mesa. Suspiraste. Lo último que querías era pensar en tu ex-novio, pero las cosas simplemente no dieron como querías.

Tampoco es como que siempre pasen como quieres.

Ya comenzabas a acostumbrarte a ello.

—¿Y cómo está la abuela, abuelito?— alguien preguntó, era la primera vez que escuchabas esa voz.

—Oh, está muy bien. Hoy no pudo asistir por unos pendientes que tenía, pero con mucha salud, ya sabes. —rió tu abuelo.

¿Tu abuelo?

¿Qué hace tu abuelo respondiendo preguntas de alguien más que lo llama abuelo?

Eres su única nieta.

Te acercaste a tu mesa. Había un hombre alto y delgado teniendo una charla con tu familiar. Llevaba un gorro fedora en la cabeza, además de unos lentes de sol. Vestía una camiseta de vestir azul bajo un saco negro, abierto. Su pantalón haciendo juego con el saco.

El desconocido no tardó en notar tu presencia.

—¡Eaaa, mira a qué belleza tenemos por aquí!— exclamó felizmente. Extendió sus brazos hacia ti, señalándote. Tu abuelo sonrió.

—Mira, cariño, este chico fue uno de mis estudiantes hace uuuuuf. —su pupila viajó al lado contrario de su ojo al hacer la onomatopeya.

Si que fue hace mucho tiempo, entonces.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐧𝐢ñ𝐨𝐬 || Megumi FushiguroWhere stories live. Discover now