Atrapado En Ti

Capítulo 17

“Solo tenía dos opciones, lo amaba o detestaba”

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No sabía cómo, pero compañeros de la universidad, del colegio, personas de las que ni recordaba el nombre, antiguos profesores, vecinos, lo habían encontrado por redes sociales y el típico mensaje de felicitación no faltaba.

No lo juzguen, le parecía encantador y le halagaba la cantidad de adjetivos con los que describieron su canción en cada mensaje, la motivación y el "siempre supe que serías un gran cantante".

Pero no quería sentir que aquel repentino interés se debía a su creciente número de seguidores.

Era una ciudad pequeña, la gente hablaba y el nombre de Louis Tomlinson empezaba a ser tema de conversación, no solo por su reciente canción, sino también por los covers que empezó a subir después de esta y antes. 

La atención hacia él era inevitable y supo que las cosas empezaban a cambiar cuando por primera vez en su vida, un grupo de chicos y chicas lo detuvieron para pedirle una foto, era una experiencia completamente nueva para él y sabía que podría llegar a acostumbrarse.

Recordaría ese día para siempre y se lo contaría a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

Pero a pesar de las miles de felicitaciones que recibió, aún sentía que le faltaba una, una en específico, una en especial.

«¿Me estas evitando? Soy yo el que debería evitarte »

— Por acá estará la batería y por acá la guitarra.

Liam estaba sobre la pequeña plataforma del nightclub, donde los artistas se presentan cada noche, le mostraba a Louis los lugares donde estarían cada uno de los instrumentos con emoción mientras marcaba el suelo en un aspa con cinta negra.

Aún era de día, nadie más que el personal y ellos estaban ahí, el lugar se veía vacío.

«¿Vendrás esta noche?»

— ¿Estas emocionado por hoy, Lou?

Louis esta sentando en los taburetes de la barra, solo le muestra ambos pulgares.

Liam sonríe, sabe que Louis no dirá nada más y continúa moviendo todo por décima vez en el escenario.

El ojiazul empieza a morder la piel de sus labios y regresa su atención a las preguntas de su cabeza, algo no lo dejaba tranquilo. 

No había visto a Harry en toda esa semana, a pesar de que, él estuvo todas las tardes ahí, sin falta alguna para ensayar. 

Y no era un buen momento para crear teorías sobre el por qué de su ausencia.

Harry no estaba regalando sonrisas a los huéspedes como lo suele hacer, ni recogiendo su cabello en un desordenado moño alto cuando los mechones comenzaban a nublar su vista, no estaba viéndolo desde lo más alto en las terrazas, ni cruzándose con él por accidente, tampoco cortaban miradas luego de tres segundos, que eran más que suficientes para mantenerse pensando en él durante los siguientes mil cuatrocientos minutos del día, ni estaba tomando el té que le servían al atardecer, ni pasaba por la oficina de Liam donde sabe que Louis estaría y si quisiera podría entrar solo para verlo y pronunciar su nombre a modo de saludo o despedida y mucho menos lo felicitó por su reciente canción, una canción que era completamente suya.

¿La habría escuchado al menos?

Y si lo hizo ¿Sabría que era para él?

— Ya está todo listo — Liam se acerca hacia él pasando sus dedos por la frente, exhausto — Ya quiero escucharte cantar.