Capítulo 1 - La Noche Que Todo Cambió

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El sol se eleva en el horizonte, su calidez abraza con ternura una pequeña villa, con muy pocos habitantes. En el corazón del frondoso bosque, alrededor de gigantescos árboles, un pequeño riachuelo y un lago en la villa Eleven.

— Mamá, voy a buscarlo, volveré en seguida.

Melody Eleven, rubia, hermosa, de azulada mirada; nieta del fundador de la villa.

Fue al centro de la villa, allí encontró una conocida suya, una joven de unos veinte años de edad.

— ¿Has visto a Yutaro, por aquí? —preguntó al interponerse en su camino.

— ¡¿Qué?! —dijo sorprendida—. No, no le he visto, ¡No vuelvas a preguntarme por él!

Dijo molesta y algo asustada, pero trató de ocultarlo desviando la mirada.

Se alejó rápidamente de ella.

Trató de preguntarle a alguien más, pero las personas se alejaban de ella con estúpidos pretextos para no irrespetarla al escucharla preguntar por aquel al que todos le temían.

Decidió ir a buscarlo por las cercanías de rio.

De camino al rio se encontró con uno de los guardias de la casa.

— ¿Has visto a Yutaro? Busqué en todas partes, no lo encuentro.

— Lo vi ir al rio unas horas atrás. No lo he visto regresar, quizás sigua por ahí.

— ¡Muchas gracias!

Después de hablar con él recordó la cueva que estaba al lado este del rio. La cual él siempre visitaba para escapar de sus deberes diarios.

Se sintió algo tonta por no haber buscado allí primero.

Miró la oscura cueva, entró dando pequeños pasos, estaba acostumbrada al recorrido.

Fue muy oscura al principio, luego la claridad retomó el control.

Después de caminar unos cuantos metros comenzó a escuchar ruidos extraños.

Al llegar a la luz pudo avistar su silueta, estaba sentado a la orilla del rio subterráneo.

Debajo de las aguas y en las paredes había unas extrañas piedras que emitían una luz verde-azulada. Peculiar característica que no siempre honraba con su visita.

— ¡Yutaro! Te he estado buscando toda la mañana, dijiste que hoy almorzaríamos juntos. ¿Qué estás haciendo? —dijo molesta, mientras se acercaba.

—¿Qué quieres? ¿No ves que estoy estudiando? —respondió volteando.

Mirando a la otra orilla ve repentinamente un inmenso escorpión, negro como la oscuridad de la noche.

— ¡¿C-c-cuándo regresó?! —dijo tartamudeando de asombro.

— Que importa, ¿Si sabes que dije eso, sólo para que te callaras? Harás que tus padres mueran de un infarto si escuchan eso que quieres decir... Apuesto a que le mentiste, dijiste que ibas a llevar a alguien más.

— ¡Cierra la boca, demonio! Sé muy bien lo que hago.

— ¡El monstro se mueve! —dijo sorprendida y alejándose un poco.

— Quiere decir que las clases terminaron, salgamos de aquí.

Joven oscura piel, melena negra y rizada. Lleva una banda que cubre su frente y unos extraños, pero igualmente deslumbrantes ojos plateados.

Salieron y caminaron a la villa, pero escucharon un galopar estruendoso que se acercaba a ellos.

Segundos después vieron un furioso toro de enormes cuernos acercándose a gran velocidad.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2020 ⏰

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