- Si, es eso. - mentí con descaro.

Sabía con conciencia que no podía mentir, que nuestra confianza debía ser lo primordial. Esto que estaba ocurriendo estaba más que incorrecto, pero no podía resistirme ante él, las conmociones que Dereck lograba ocasionar en todo mi cuerpo con una simple mirada conseguía que mis hormonas se proyecten por todos lados, causando una nube de emociones que lograba nublarme la visión y los sentidos.

- ¿A dónde iras? - consulte intentando que el ambiente decaído que estaba causando desaparezca de nuestro alrededor.

- Te lo he dicho hace un rato. - Recalcó en tono de queja mirándome sin discreción y volví a dar una ojeada a mi taza de café helado un tanto afligida - Voy a pasar la noche en casa de una compañera de universidad, de seguro salimos a un bar esta noche para comenzar otra vez mí vida, estar en soledad no ayuda mucho en mí superación y por eso te he pedido los zapatos, aunque... - miró por el gran ventanal de la cocina observando el exterior - culpa de la llovizna dudo que podamos salir.

- De acuerdo, espero que pases una buena noche. - La anime y Mia me dedico media sonrisa - Entonces comeré yo sola esta noche.

Comente por lo alto sin importancia, a lo que el silencio invadió la sala de forma rápida.

No dude en mirarla y al notar como con cuidado se iba alejando llevando consigo ambas prendas mientras apretaba los labios con fuerza, entendí que algo había sucedido o más bien, algo ocultaba.

- Mia...

- Lo siento. - Me detuvo y se volteó al instante - Olvide hacer las compras. Sé que me has dado el dinero y que tú tienes tus prioridades, pero mañana te lo compensare, lo prometo.

Sus palabras implicaban que, al no haber nada para consumir, debía salir a estas horas en busca de un mercado abierto.

Maldije a Mia en voz baja mientras ella siguió su camino hasta el pequeño living, donde se hallaba un bolso color rosa pastel, y colocó ropa en su interior.

Me calme, no quería comenzar una discusión por un acto que podía hacer por mi cuenta.

Al cabo de unos minutos, aun apoyada sobre la mesada de la cocina, Mia se acercó a saludarme para luego irse del apartamento, no antes de comentarme que quizás volvería mañana por la tarde y que me cuide mucho esta noche. Su culpa le dolía y se iluminaba sobre sus ojos, logrando que le dé un abrazo fuerte para luego dejarla marchar, quedando nuestro hogar en total silencio.

Gire sobre mis talones mirando la alacena, lugar donde deseaba que hubiese por lo menos algo más que solo café para devorar y saciar mi apetito algo voraz, pero como un recuerdo no olvidado, como una presencia que no lograba desvanecerse, Eren regresó a mi mente.

Todo había sido muy insólito, su actitud hace varias noches atrás al igual que su inasistencia por la mañana en la universidad. Por más que mis mensajes retumbaran en su celular durante el día y no recibía respuestas, quería volver a marcar su número.

Me consideraba insistente, sabía que él necesitaba su tiempo, pero temía por Eren a pesar de que el verdadero peligro aun no se hallaba en la ciudad. Recordar que había nombrado el nombre del gemelo de Dereck aun me causaba escalofríos por las noches sin entender a ciencia cierta que había sucedido con exactitud.

Cuando mi mano ya estaba por tomar el mango de la alacena, me detuve mitad de camino y saque mi teléfono celular del bolsillo trasero decida en realizar aquella acción. Marque su número y el sonido de llamada comenzó a retumbar sobre mi oído. En cierta parte era desesperante solo escuchar como el tono de llamada no tenia fin.

Suplicarás © (2)Where stories live. Discover now