Y eso lo enojaba como ella podía amar a alguien que le había hecho daño, que prefirio a otro por encima suya. Más de una vez se lo había planteado a ella, el recordarle eso solo hacia que ella llorará. Ella tampoco entendía eso cómo su corazón seguía latiendo por alguien, que la había dejado, la había abandonado. El amor era algo complejo, difícil de entender pero a la vez hermoso y caótico. Su voz diciéndole lo que anhelaba enamorarse perdidamente de él. Poder ser feliz con alguien tan bueno y especial como él.

Pero en su corazón quien mandaba era el comandante Mcgarrett.

—Sí, si la amo. Pero ella no a mí.—contestó con voz queda.—Ella ama al comandante Mcgarrett.—añadió.

—Lo sé, y por eso aléjate de ella. Sólo te haces daño y le haces daño a ella. Están tratando de forzar algo que no tiene ni pies ni cabeza.—expresó con pesar la abuela Bonatti.—Es mejor soltar a tiempo, que seguir aferrado y hacer más daño.

Los años de sabiduría que poseía la señora, la hacían ver que ese chico de verdad quería a su nieta y lo aprobaba. Pero la verdad, ella no sentía lo mismo lo veía en su mirada. Esa mirada verdosa no tenía ese brillo cuando lo miraba a él, en cambio sus ojos resplandecía al ver a Steve Mcgarrett. Y aunque le doliera decirle esas palabras eran necesarias, el tenía que desprenderse de lo que sentía por su nieta. Sólo hacía que su corazón doliera. Veía la tristeza inundar sus ojos claros, esos que le dedicaba las más dulces miradas a su pequeña nieta.

—Lo aceptó, pero no es fácil. Ella es alguien fácil de amar, ella siempre me dejó las cosas bien claras. Nunca me hizo falsas esperanzas.—confesó.—Al principio nada era formal, después empezamos con este tonteo. Aún así ella hablaba conmigo, siempre me preguntó sí quería seguir y yo como todo un enamorado aceptaba a cada pregunta que ella me decía.—decía con lágrimas nublado su vista.—Veía la tristeza en sus ojos, como había construido murallas a su alrededor. Como había dejado de ser alguien dulce y confiada, para ser alguien reservada y fía; ese lado oculto solo pocas personas lo conocían y ella a mi me dejó entrar. Y poco a poco me fui enamorando, sin poder evitarlo.—ya su voz sonaba rota mostrado todo su dolor.—Ella aceptó estar enamorada de mi, pero no que me amaba, en ese momento la pregunta cruzo mi mente ¿Cuál es la diferencia? Que puedes enamorarte de la piel, de la personalidad de alguien. Pero cuando amas de verdad, amas el alma, la esencia de esa persona. Y ella eso no los sentía por mí. Pero sí por Steve Mcgarrett.

Y era algo que la mayoría confundía, te puedes enamorar muchísimas veces pero solo amas una vez en la vida, amas todo de esa persona sus imperfecciones, su esencia, su personalidad, lo que lo hace único, no eres su media naranja, no, son compañeros de vida, de alma, se complementan. Ese chicle de que solo te enamoras una vez es pura mierda, te puedes enamorar tantas veces. De la piel, el pelo. Cada uno elegía con quién sufrir, te puedes enamorar y llegarlo a amar con locura pero tú decidías si te hacía daño o no sí te quedabas a seguir perdiendo parte de ti o te alejadas. La desición siempre será tuya, tendrás personas dando su opinión a diestra y siniestra algunas con buenas intenciones y otras con ganas de verte. Pero si tú decisión es quedarte a su lado, quédate solo tú sabes que es lo bueno y lo malo para ti cada acción conlleva a una reacción. Sé feliz con aquellas personas que logren sacarte sonrisas y lágrimas de la risa no con aquella que solo te haya llorar de tristeza o risas temporal. Di no a las relaciones tóxicas.

Porque cuando se ama no se hace daño, se protege y cuida no trata de herirte. Muchos se justifican cuando te golpean "fue tú culpa" " lo hice porque te amo tanto" eso es pura mierda cuando uno ama nunca haría daño a esa persona, y si sucede tal vez no fue intencional. El ser humano no es perfecto cometemos errores pero también es de humanos pedir perdón y corregirlos, muchos tienen más ego que sentimientos y ven el pedir perdón como una debilidad cuando en realidad es una virtud. No todos saben pedir perdón, ay que apreciar a todo aquel que sepa. Cuando el amor no es correspondido no hay que forzar nada, eso solo te dañará. Todo lo que los hace daño ahy que dejarlo ir.

𝚂𝚎𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚙𝚒𝚝𝚢| 𝚂𝚝𝚎𝚟𝚎 𝙼𝚌𝚐𝚊𝚛𝚛𝚎𝚝𝚝.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora