Él metió la llave dorada por el cerrojo y abrió, haciendo que la puerta cruja levemente. James fue el primero en ingresar, e hizo una mueca al sentir la casa en completo silencio.

Alex suspiró y cruzó sus brazos sobre su pecho para sentir algo de seguridad, dió pasos dudosos y lentos hacia el interior.

Tenía una vista panorámica de la sala de estar, todo estaba en órden pero aún así se veían algunos papeles y fotografías desparramadas por el piso.

Ellos estaban buscando información, creían que Martha podría saber algo por tener una especie de relación con los Potter.

La mujer no sabía nada, por lo que luego de torturarla y asesinarla rebuscaron por el lugar en busca de algo. Obviamente se fueron con las manos vacías.

Alex se quedó parada en el medio del lugar sin saber muy bien qué hacer o a dónde ir. No sabía qué llevarse, le daba miedo abandonar el lugar.

Tenía miedo de dejar esa casa y olvidar todos los recuerdos que tenía allí junto a su abuela y su hermano.

Alex recordaba esas tardes con Frank y Martha, antes de que toda la relación con su familia se vaya a la mierda.

Los domingos solían almorzar en el lugar junto a sus padres y sus abuelos maternos y paternos. Su padre cocinaría una parrillada mientras su madre y su abuela prepararían algún postre.

Alex y Frank pasarían la tarde corriendo en el patio trasero, jugando a ser superhéroes o policías. Luego de comer, mirarían alguna película o saldrían al vecindario a andar en bicicleta.

En la noche, luego de varias horas de juegos y risas, sus padres se irían dejando a los hermanos a cuidado de sus abuelos.

Alex sintió que su labio inferior temblaba y salió de su ensoñamiento al sentir la mano de James en su mejilla.

–¿Estás bien?

–Si, yo sólo.. –supiró y elevó uno de sus hombros mientras pestañeaba, intentando alejar las lágrimas. –Sólo recordaba algunos momentos.

El chico sonrió y continuó acariciando su mejilla. Él notó cómo ella refregaba sus ojos y le sonreía, intentando tranquilizarlo.

–¿Quieres que subamos a tu habitación y guardemos tus cosas? Te ayudaré, y mientras, puedes contarme algunos de tus recuerdos aquí, si es que no te molesta.

Alex amplió su sonrisa y sorbió su nariz mientras asentía con su cabeza. El chico bajó un poco su cabeza y besó su frente con
cariño.

–Bien, vamos. Ahora que recuerdo, no conozco tu habitación.

–Cierto. –asintió mientras comenzaban a subir las escaleras. –Cuando viniste miramos la película y luego Remus y Sirius llegaron.

James siguió a la chica por las largas escaleras hasta el primer piso, caminó hasta la tercer puerta e ingresó detrás de su novia.

James vió que el lugar estaba ordenado a la perfección, él sonrió con ternura al ver un oso de peluche enorme sobre la cama.

El azabache ingresó al lugar y miró con atención a su alrededor. Habían algunas fotografías en el lugar, la mayoría eran de ella junto a su hermano y su abuela.

James se sintió un poco mal al notar que no tenía fotografías con amigos. Ella no había tenido una infancia muy linda que digamos, y tampoco contó con un círculo de gente sana como para plasmar recuerdos en su habitación.

El azabache se acercó a una biblioteca donde habían algunos libros y velas aromáticas, reprimió una risa al ver un libro infantil sobre Bambi.

THANTOPHOBIA; James PotterWhere stories live. Discover now