³ˑ 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 ↯ Cedric Diggory

━━✧ Treinta y siete

La cena del día anterior estaba en su mesita de noche siendo degustada por un par de moscas que se habían colado por la ventana que Hilda había abierto por un rato el día anterior, ____________ no se movía, los demás sabían que estaba viva cuando oían el aire salir de las fosas nasales de la muchacha, parecía estar en estado vegetativo, porque la cereza del pastel, era que tampoco hablaba con nadie.

Su vida era un completo desorden, un toquido se oyó en la puerta, seguido de la misma abriéndose, la pelinegra no se inmutó, era su madre, quien llevaba la bandeja con pan francés, una taza de café, jugo y huevos revueltos con jamón y tocino, las tripas de la pelinegra gruñeron en cuanto el olor de aquel desayuno entró por sus fosas nasales, sin embargo, ella no quería comer, solamente quería... Morir.

—Cariño... —suspiró Hilda con cansancio— Deberías ducharte, por lo menos...

Ella no respondió.

—Escucha, no voy a decirte más nada respecto al tema, pero te suplico, que comas algo, por favor... —dijo Hilda suavemente mientras se sentaba frente a la pelinegra y le acariciaba el grasoso cabello azabache— Todos estamos muy preocupados por ti.

Más lágrimas salieron de los ojos de la muchacha, eso era justamente lo que no quería, necesitaba desesperadamente que todo el mundo se olvidara de que ella había existido alguna vez, así todo sería mejor; con frecuencia de descubría pensando en lo que estaría haciendo Cedric, si pensaría en ella...

¿Ya la habría olvidado o estaría tan miserable como ella? Parte de su ser ansiaba que se sintiera como ella, eso significaría... Qué lo que sentían era real, pero su cerebro le repetía que era mejor si él se olvidaba de ella. De esa forma el ojigris estaría a salvo y ella podría morir si ese era su destino,  ni siquiera sabía porqué quería morir, sólo quería desaparecer.

—Mira, Dumbledore acaba de llegar, quiere hablar contigo, y la verdad yo quiero que hables con él, quizás te sirva de algo —añadió Hilda esperanzada, pero la azabache no se movió

Hilda soltó un pesado suspiro, ya no sabía qué más hacer para que su hija entendiera que necesitaba arreglar las cosas, que alejarse no era la manera, esa era una buena forma de resolver muchas cosas, pero eso no, aunque sabía también que su hija era demasiado terca, no aprendería si no se tropezaba esta vez. Justo cuando la mayor de las Brooks iba a irse, ____________ habló.

—Quisiera dejar de existir... —confesó la pelinegra sin saber muy bien porqué

Realmente no quería hablar, pero eso se le había salido solo, Hilda la miró escandalizada, la pelinegra se sintió como un robot, porque se sentó de forma automática, de sus ojos aún salían lágrimas, sintió los brazos de su madre rodearla.

—____________ Brooks, no vuelvas a decir eso jamás en tu vida, ¡¿me escuchaste?! —soltó Hilda horrorizada llamando a la pelinegra por su nombre completo

—Incluso tu vida sería mejor sin mi en ella... —soltó la pelinegra dejando salir todo por primera vez en todo el tiempo que llevaba deprimida— Cedric también estará mejor sin mí...

—No. Para tus pensamientos ahí, niña. —dijo Hilda con severidad y se separó de ella para verla a los ojos— Mi vida no sería lo mismo sin ti, eres la luz de mi vida y lo mejor que me ha pasado nunca. Eres mi hija, por Merlín, te tuve en mi vientre nueve meses en los que vomité y me costó cuidarte dentro de mí. Y si tuviera que pasar de nuevo todo lo que pasé con tal de traerte al mundo, lo haría porque te amo más que nadie, ____________.

La pelinegra menor quería creer eso con todas sus fuerzas, y bueno, terminó por hacerlo, al menos su madre siempre estaría ahí para ella, al igual que sus amigos, aunque eso no quitaba el hecho de que parte de ella aún estaba perdida, eso era, ella había vuelto a perderse, de nuevo estaba en aquella incipiente oscuridad que la abrumaba antes de conocer a Cedric, sólo que ahora dolía más que antes.