—Estamos a tiempo. Y Brasil no se va a mover.

Maura emerge de entre la tela de la toga con un vestido negro de escote pronunciado y brillo. Rocío la mira extrañada, porque más parece que va a una fiesta lujosa y no a tomar un vuelo de horas.

—Pensé que iríamos a cenar y a bailar — dice Maura interpretando la mirada de su amiga.

Al salir del baño, encuentran a Crisantos vigilando las cinco maletas. Está vestido muy cómodo con sus vaqueros azules y una camiseta que lee: "Salgo con la jefa."

Sus ojos se centraron en su novia. Una mirada en la que se nota lo orgulloso que está de su hermosa novia; y Maura se sonroja avergonzada de sentirse fuera de lugar.

—Es demasiado, lo sé — dice ella.

—Você está linda — responde Crisantos.

Y levantando una camiseta añade:

—Pero quiero dormir tranquilo en el vuelo.

Riendo, Maura se pone la prenda. Una camiseta blanca en la que se lee: "Yo soy la jefa". Rocío no pudo evitar tomarles una foto.

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El vuelo de once horas, es seguido por cuatro más a Sao Francisco. Incluso la vivaracha Rocío se siente agotada.

—Joder que me muero — comenta sostenida de Maura y entrando al auto que les recoge —. ¿Falta mucho?

—Crisantos dice que treinta minutos más —. La menuda rubia se hundió en el asiento.

Su alegría inicial se quedó en medio del Atlántico y su cansancio le trae a la mente a Marcelo. En esos momentos, solía mimarla, tal y como Crisantos abraza a su Maura y le besa el copete de su cabello y luego en su lunar junto a la boca.

Maura se compadece de su amiga y le abraza.

-¿Habéis hablado con Marcelo?

—¿Y eso para qué? — replica la rubia —. Marcelo es historia pasada.

—Pero no olvidada.

—Voy a divertirme en Brasil —comenta la rubia con cierto orgullo —. Por favor, no me lo recuerdes.

—Crisantos y yo nos hicimos el propósito de confiar el uno en el otro — responde Maura.

Maura acaricia a su novio que dormita ajeno a la conversación.

—Nos prometimos que, si alguno se sentía atraído por otra persona, seríamos honestos.

—No es mi estilo capulla —replica Rocío — Así me evito disgustos.

—Así evitas ser feliz.

—Fue él quien decidió irse de pasantía a Silicon Valley — replica la rubia enojada y triste.

—En el amor, no puedes ser egoísta — responde su amiga —Marcelo busca progresar en lo que le apasiona.

Rocío reclina la cabeza de la puerta del auto mirando a la nada.

—Extraño a ese pedazo de idiota nerdo — admite al fin.

La fiesta de bienvenida, parecía una celebración nacional. El vino, abunda en todas sus clases. Había tanta gente, que las chicas no se despegaban de Crisantos por miedo a perderse.

Y no faltó el disgusto cuando Crisantos les presenta al director de producción Allessandro Dos Santos y su esposa, Marina.

—¿Marina? —Pregunta Maura con una sonrisa forzada —. Marina

Cinco Deseos [Completa]Where stories live. Discover now