One-Shot

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Thomas PROV.

Soy un completo idiota. Me prometí que jamás me pasaría el típico caso en el que te enamoras de tu mejor amigo, y ahora, todo se fue al carajo.

Dylan es mi mejor amigo, o mejor dicho, lo era hasta que empezó a salir con Kaya y se volvió el chico más popular. Ja, y yo que creía que eso de los estatus sociales ya no existían en la Universidad; soy tan crédulo.

Recuerdo que le dije a Dylan que tuviera cuidado, ya que él es homosexual como yo. Ahí, todavía creía que podríamos tener algo más. Pero no me quería decir que lo ocultara al mundo consiguiendo novia.

Eso no fue lo peor. Lo peor es que, con el tiempo, Dylan empezó a querer a Kaya; ya no era actuación. Fue cuando perdí a mi mejor amigo.

Kaya lo llevaba a todas partes: a su casa, a las fiestas, a las fiestas en su casa, etcétera. Dylan ya no tiene tiempo para mí desde hace un mes, un larguísimo mes.

Entonces llegó Ki Hong Lee a la escuela.

Compartimos algunas clases, y su dormitorio está cerca del mío. Comenzamos a platicar, hasta que salió el tema de la orientación sexual. Dada mi jodida suerte, Ki está de mi lado.

Una semana después de esa conversación, vino la pregunta que remató con mi situación sentimental. Sí, me pidió que fuera su novio.

No pude decirle que no, que mi corazón tenía planeado pertenecer a alguien más. Accedí a su petición.

Fue de las cosas más difíciles, especialmente porque Dylan estaba cerca. Suerte nivel Thomas Brodie-Sangster.

Ahora, me parece una mala jugada a mí mismo que Dylan y yo compartamos habitación.

Pensándolo detenidamente, parece que soy un maldito masoquista.

Para olvidarme de la pila de mierda que es mi vida, hago mi tarea. Al menos puedo concentrarme, Dyl no está aquí hasta la noche; hay días en los que ni siquiera llega.

Pero no puedo dejar que del estudio dependa mi "estabilidad", al menos no solo de eso. También tengo mis pasatiempos: la literatura y la música. De cada uno derivan dos cosas, del primero leer y escribir, y del segundo escuchar música y tocar instrumentos.

Últimamente los he descuidado, tengo demasiadas cosas por hacer; pero por lo menos puedo escuchar música mientras hago mis deberes. Una de las cosas que siempre llevo conmigo son mis confiables audífonos.

Generalmente, como ahora, escucho música clásica. Bach resuena en mis oídos hasta que tocan mi hombro. Me quito los audífonos sin siquiera voltear.

- Hola, Tommy -es Dylan.

- Hola -respondo cortante.

- ¿Qué estás haciendo?

- Termino el libro que nos dejaron leer para mañana.

- ¿Qué? ¿Cuál libro?

Pongo los ojos en blanco mientras me volteo en mi silla con rueditas y señalo la portada del libro.

- La maestra de literatura nos dejó leer esto para mañana. Lo sabrías si hubieras ido a clase hoy.

Se rasca la cabeza, lo hace cada vez que está avergonzado o nervioso. Vuelvo a poner los ojos en blanco y regreso a mi posición.

Trato de continuar con la lectura, pero se me hace imposible concentrarme cuando siento la mirada de Dylan sobre mí.

- ¿Qué? -pregunto con la vista fija en el libro.

- ¿Qué de qué? -mi compañero se hace el inocente.

- Pues te agradecería si me dejaras tranquilo para seguir leyendo.

Prohibidamente tentador (Dylmas)Where stories live. Discover now